Por lo general, los que deciden visitar Santiago de Compostela están motivados por la religión o al menos, por su lado espiritual. Hay quienes decidan no viajar para llegar a la meta, sino por lo que el viaje en sí mismo puede ser, y los hay que están en busca de Dios, que necesitan romper con su vida y quieren empezar de nuevo y finalmente están los que viajan a Santiago en busca de sí mismos. Por estas y otras razones Santiago de Compostela es la meta de la romería más famosa del mundo.
No es necesario, sin embargo, estar buscando algo para optar por viajar a Santiago. La ciudad gallega, de hecho, no es sólo la culminación de un largo viaje, sino también un complejo turístico, lleno de monumentos que tentará a cualquier amante del arte. Tienes un amplio abanico de hoteles en Santiago de Compostela donde elegir el que mejor se adapte a tus necesidades.
Si no te quieres perder un viaje a Santiago, pero no tienes ni el tiempo ni el deseo de llegar a pie, debes saber que la capital gallega es de fácil acceso por vía aérea. Santiago de Compostela consta, de hecho, de un novedoso aeropuerto que está a sólo 15 km de la ciudad. Al aeropuerto de Santiago-Lavacolla sin embargo, se llega por sólo dos líneas aéreas internacionales (Ryanair e Iberia) que conectan la ciudad con Inglaterra, Alemania e Italia.
Una vez que aterrices allí tienes varias opciones posibles. Si deseas viajar con todas las comodidades entonces, elige un taxi: el viaje desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad cuesta unos 20 euros. Sin embargo, para aquellos que prefieran optimizar los gastos siempre se puede optar por un autobús. Fuera del aeropuerto se encuentra la parada de autobús donde, cada media hora, pasan autobuses de la empresa Freire. Tomando el autobús en menos de una hora se puede llegar al centro de la ciudad con un billete de sólo 3 euros .
Una vez en el centro de Santiago dirígete a visitar la Catedral, en el corazón de la ciudad vieja y el punto de llegada de los peregrinos de todo el mundo. Aquí, en el esplendor de este antiguo edificio, cualesquiera que sean las motivaciones que te llevaron a Santiago de Compostela, te puedes sentir en la atmósfera de un lugar que antes de ser religioso es, sobre todo, mágico.