Actualmente las motos eléctricas experimentan un principio parecido al de los coches eléctricos en sus principios, es decir, que se venden pero en baja cantidad.
Es difícil encontrar cifras de venta pero de momento no representan gran cosa del mercado mundial, ni siquiera en el mercado de vehículos eléctricos.
Es fácil entender las razones de una producción consecuentemente tan limitada. Los fabricantes de motos eléctricas son start-ups en su mayoría, que carecen de una red de distribución de peso y notoriedad. Los compradores de motos suelen ser bastante conservadores, la tecnología eléctrica está limitada y mal entendida del público, el precio de compra es elevado todavía y los concesionarios no se arriesgan a invertir en un producto que todavía entienden del todo y para los cuales no tienen técnicos adecuados para el mantenimiento y la reparación. A pesar de que la moto eléctrica como los coches eléctricos, confirman su fiabilidad, su mantenimiento mínimo seguramente rebajo los ingresos post-venta de los vendedores que muchas veces se alimentan de ello. Hay pocas o ningunas ayudas y poco intereses para concesionarios como para arriesgarse en nuevas marcas de motos eléctricas o conocidas que no parecen ser del todo populares.
Como diferencia respecto a los coches eléctricos, se conjetura que el crecimiento de las ventas de motos eléctricas será más rápido sin embargo. Una razón que aumentarían las ventas sería una crisis en el mundo que se traduciría por un aumento todavía mayor del precio de la gasolina o limitaría su acceso como en los años 70.
No obstante, las ventas de motos eléctricas deberían aumentar año tras año. A medida que sus características y autonomía vayan mejorando, el precio de la tecnología se rebaje y esta sea más aceptada y respetada.
Es posible que las motos y scooters eléctricos sean cada vez más importantes cuando, como ha ocurrido con los coches eléctricos, una gran constructora se decida en promover sus ventas para beneficiarse de las ayudas y subvenciones ecológicas mientras sigue vendiendo motores térmicos… Pienso que los fabricantes de motos eléctricas podrán desarrollar un mercado de nicho mayor en un futuro próximo si consiguen reducir los costes y aumentar la promoción de sus productos para un uso urbano y periurbano. Se deberían mantener también en pie hasta entonces las mayores compañías de motos eléctricas para no desalentar a otras en crearse o que las de coches eléctricos se apunten a la corriente.
A largo plazo, las motos eléctricas tienen el potencial de hacerle competencia a las motos de motores térmicos, pero esto también dependerá de la disponibilidad de electrolineras o puntos de recarga suficientemente bien repartidos. La tecnología de recarga Tesla que se está expandiendo no sería, desgraciadamente compatible con las motos eléctricas actuales.
Actualmente no están adaptadas las motos eléctricas a los puntos de recarga, como lo están los coches eléctricos. Para ilustrar mejor esto: Una red de recarga público en 2220 voltios necesitaría varias horas para recargar una batería de moto. Lo que es demasiado largo para que alguien quiera “repostar un pleno” en medio de un viaje a menos que fuera una parada nocturna pero ni con esas es apetecible. Habrá que esperar que pongan en marcha sistema de recarga rápida y universales adoptadas por todas las electrolineras y que estén tan repartidas como lo están las gasolineras para que tanto motos como coches eléctricos se puedan beneficiar de ello. Para entonces los desplazamientos eléctricos serán más prácticos, económicos, y especialmente más limpios.
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