Todos somos conocedores de los efectos que alcohol y drogas pueden tener en la conducción, ¿pero sabías que algunos medicamentos también pueden ser contraproducentes?
Las bajas temperaturas hacen aflorar gripes y resfriados, y con ellos aumenta el consumo de analgésicos, antibióticos y antihistamínicos.
Hemos de ser conscientes de que determinada medicación altera negativamente nuestra capacidad para conducir con seguridad. Lo más habitual es la disminución de nuestra capacidad de respuesta, hecho que se ve acentuado si al mismo tiempo estamos tomando diferentes compuestos médicos.
Efectos más frecuentes
Los denominados efectos indeseables de la medicación sobre nuestra capacidad de conducción pueden variar de un individuo a otro, ya que no todos metabolizamos por igual los compuestos.
Los principales efectos secundarios que pueden alterar nuestra concentración y capacidades a la hora de conducir son:
- Alteraciones oculares: dificultad de enfoque, visión borrosa…
- Vértigos y temblores.
- Alteraciones auditivas: zumbidos, acúfenos…
- Efecto sedante: Disminución del estado de alerta y concentración, somnolencia…
Medicamentos que más afectan nuestra capacidad de conducción
Los antihistamínicos, indicados para el tratamiento de alergias y resfriados, pueden disminuir nuestros reflejos, ya que además suelen producir sedación y somnolencia.
Algunos de los medicamentos que potencialmente pueden afectar a nuestra capacidad de conducción son los tranquilizantes, los antidepresivos y los ansiolíticos.
Algunos colirios o pomadas oftalmológicas pueden afectar también a nuestra visión.
Recordamos que la medicación siempre debe venir indicada por un profesional, y que conductas como la automedicación pueden agravar los efectos sobre la conducción, ya que en ese caso desconocemos el posible efecto sobre nuestras capacidades.
Lo más recomendable es no ponerse al volante sin saber qué efectos tiene una medicación sobre nuestros reflejos y capacidades de concentración, para saber bien a qué efectos nos enfrentamos. Esos efectos suelen ser más acentuados al principio del tratamiento.
Y por supuesto, en caso de desconocimiento o duda, consultemos con nuestro médico o farmacéutico si el medicamento que vamos tomar puede tener algún efecto sobre la conducción.