Licenciada en Derecho, 39 años, antigua gerente de relaciones institucionales internacionales de Telefónica, exasesora parlamentaria de la Secretaría de Estado de Hacienda, casada con el presidente del Centro Internacional de Gestión Emprendedora del prestigioso Instituto de Empresa (IE).
Madre de tres hijos, es la diputada del PP a la que las cámaras captaron gritando en el Parlamento “¡Que se jodan!” cuando Mariano Rajoy anunciaba reducciones del derecho al desempleo.
Cuando aparecieron las imágenes, PSOE e Izquierda Plural-Unida, exigieron su destitución: “¡Eso es lo que quiere hacerle la derecha a los parados”.
Se montó una gran campaña en los medios de comunicación afines con dos objetivos: destruir a Andrea Fabra, y con ella a su incombustible padre, el cacique de Castellón y presidente provincial del Partido Popular, Carlos Fabra, y azuzar a los parados contra su partido.
La movilización tuvo y tendrá durante mucho tiempo notable éxito, y es una gota malaya más contra la derecha que está afrontando unos cambios económicos sumamente dolorosos para los ciudadanos, y que le granjean enemigos por todas partes.
Pero la grosería de quien parece producto del corruptor nepotismo español, tan común en ambas bancadas, tenía otra intención: no iba contra los desempleados, sino contra los socialistas que abucheaban a Mariano Rajoy cuando anunciaba los recortes sociales que el PP aplaudía.
Una exclamación contra los que también habían aplaudido a Zapatero en mayo de 2010 cuando anunciaba los primeros recortes de derechos de la democracia, obligado por los mismos mercados que fuerzan ahora a Rajoy: congelación de pensiones, reducción de salarios y retraso en las jubilaciones.
En medio de la desgracia económica, del nepotismo con hijos y amigos, cuánta miseria y grosería se producen de un lado y otro para azuzar peligrosamente las emociones populares y crearles odio ciego contra el rival.
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SALAS