El verano nos trae días más largos y un aumento de actividades al aire libre: pasear, sentarnos en una terraza y, como no, ir a la playa. La exposición solar es necesaria para la producción de vitamina D, aunque esto se consigue con unos pocos minutos. En cambio, el exceso de exposición a la luz ultravioleta, sobre todo a lo largo los años, produce fotoenvejecimiento, con un resultado nada agradable estéticamente: arrugas prematuras, manchas y cuperosis (vasos sanguíneos visibles), entre otros problemas. Por otra parte, las altas temperaturas, el sol, la piscina, el mar y las actividades típicas del verano hacen que la piel se reseque más de lo normal, con lo que es muy importante mantenerla hidratada.

> Hidratación, protección y micronutrición es la combinación perfecta para disfrutar del sol y lucir una piel sana y bonita durante todo el verano
Según los expertos del laboratorio YSONUT, para disfrutar de las ventajas del sol sin dejar de cuidar la piel, conviene prepararse unas semanas antes de las primeras exposiciones. La utilización de cremas hidratantes y pantallas solares ayuda a conservar la piel hidratada y protegerla de los rayos solares, pero con la micronutrición se puede añadir ayuda extra, desde el interior: nutrientes que ayudan tanto en la hidratación como en la protección frente a los radicales libres emanados del sol. Además de preparar la piel para la exposición solar, los micronutrientes contribuyen a conservar el brillo de la piel y el rostro joven, combatiendo la sequedad, la fragilidad, la pérdida de elasticidad y la aparición de arrugas.
Para evitar que la exposición al sol resulte en un envejecimiento prematuro de la piel, hay que recurrir a un cóctel de antioxidantes: vitaminas C y E, selenio y zinc, así como activadores del sistema enzimático antirradicalar, tales como la SOD (superoxyde dismutase). Otros vegetales, como los restos de uva y la granada, contienen altas concentraciones de polifenoles, que reactivan la microcirculación, estabilizan el colágeno y contribuyen al mantenimiento de la elastina, para conseguir una dermis luminosa y mejor protegida frente a los procesos de destrucción engendrados por los rayos UV.
Además, esto no tiene que estar reñido con lucir un bonito bronceado: los llamados “carotenoides” pueden ayudar a conseguirlo. El betacaroteno y el licopeno son pigmentos colorantes presentes en ciertos vegetales como el tomate o la zanahoria, y poseen una acción antirradicalar. La actividad de nuestro cuerpo genera los llamados “radicales libres”, que son fuente de desgaste y problemas de salud. Los carotenoides ayudan a eliminar estos residuos nocivos para nuestro organismo.
(Fuente: www.ysonut.es)
