Revista Moda

¿Cómo me lo pongo?: Suma elegancia

Publicado el 20 julio 2011 por Coco
¿Cómo me lo pongo?: Suma eleganciaA veces poseemos alguna prenda en el armario que en la percha nos tiene absolutamente enamoradas, pero que cuando intentamos trasladarla a nuestros cuerpos nos supone una complicación porque no acabamos de verle el uso adecuado. A Esther le pasa con un vestido que quiere llevar a una boda.
El vestido de Esther tiene la peculiaridad de ser tremendamente escotado. Para solucionarlo, le ha puesto una pieza de gasa en el hueco más abierto del escote. Con todo, sigue sin saber con qué combinarlo exactamente para salirse de lo habitual del dorado o similares.
Los beiges, crudos, nudes y similares son colores muy agradecidos que además en verano nos dejan jugar casi con lo que nos dé la gana. Podemos meter tonos muy fuertes y fríos, o más suaves y cálidos. Por ejemplo:
  • Colocarle un par de flores en el tirante a la altura del hombro, en azul eléctrico y negro. Así podremos poner unos tacones en cualquier de estos dos colores y la cartera de mano, en dorado para mantener el tono neutro del vestido.
  • Que el tocado (aunque la boda sea de noche, al ser el vestido corto, podremos arriesgar con el tamaño del tocado. La limitación es que éste no sea plano que recuerde a una pamela o sombrero) sea en coral y faisán. La cartera de mano de madera y los zapatos en color coral.
  • O puede ser que elijamos una chaqueta (siempre de largo a la cintura, lo más sencillo es una chaqueta de manga francesa y cuello a la caja) sea de lentejuelas o similar en verde aguamarina, con unas sandalias en verde aguamarina y dorado.
Tan sólo es cuestión de ponerle un poquito de technicolor a la vida. Y de repente el vestido que íbamos a condenar al ostracismo cruel del armario cobra vidas infinitas.
Seguid tan guapas.
No se te ocurra: Quedarte en el monocolor del dorado y beige. Más que nada, por respeto a la novia. No es conveniente acudir tan claritamente a una boda. Mete algo de color. Ahora las novias no tiene por qué ir de blanco extremo. Deja que sea ella la que se decante por el champán, el gris, el beige o lo que le venga en gana.
Elige los zapatos con cuidado y criterio. Un vestido tan especial y elegante exige unos zapatos acordes. Nada de cutreríos, de tiras escalando por las pantorrillas, ni de strass de medio pelo.
El bolso pequeño y discreto. Los volantes del vestido mandan.
No te limites con el tocado. El vestido corto permite más flexibilidad con tu cabeza. Eso sí, piensa que es de noche, con lo que los tocados que simulan sombreros están descartados. Pero nadie dice nada de la altura del mismo, de las redecillas, los tules, las plumas, las flores, etc.
Una pulsera bonita, un buen anillo o unos pendientes son complementos ideales. Nunca todos a la vez.
Para abrigarte nada que sobrepase la cintura del vestido.
Lo encontrarás en: el vestido de la derecha es de Jason Wu.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas