Ya sabes -si te dedicas al oficio- que conocer el impacto de las acciones formativas que organizas es muyyy difícil. De hecho, imagino que te habrás cansado de oír cosas como “los cuatro niveles” del señor ese de nombre raro y sus imitadores Ver (En el apartado para formadores de este enlace tienes más información). Un camino sin salida que no lleva a ninguna parte. Y confío que no hayas entrado en el trabajón del ROI, horas y costes para descubrir después que nadie cree en la cifra que has determinado.
¿Nuestra solución en Formación y Control? Seguimos otro camino. Es más raro, no es perfecto, pero si da bastantes pistas. Nos basamos en una idea muy simple: ¿cuánto vale algo? La respuesta es inmediata: tanto como alguien esté dispuesto a pagar por ello. El problema es que las cosas “normales” tiene un precio. “El gramo de oro está a tantos euros”. La Formación no es así. La Formación, pensando en profesionales, tiene tres precios acumulativos y enlazados, que él que la recibe debe pagar:
- El coste monetario. Si ofertas un curso interno, ya sabes que es gratis. Mala cosa, lo gratis se aprecia mal, por bueno que sea. Pero si además le pides a la gente que “paguen” realizándolo fuera de jornada, o compartiendo horario, y te dicen que no, pues eso que das, lo valoran en nada. Pon en valor la Formación, pues si esta factura es cero, cerca estarán los resultados.
- El coste de esfuerzo. Si das un curso, por poner un ejemplo, y pides que se lean algo, y no lo hacen, o que realicen algún trabajo tras la sesión, y tampoco, y lo único que prestan es su presencia, cuanto más “fácil” se lo pongas, pues ya sabes, menos valor le darán a lo que ofreces. ¿Qué esperas después de eso? ¿Llegar al nivel 3 del señor ese? Y es verdad, le tengo una cierta manía ¿será envidia? Pon tu cabeza no solo cómo hacer la formación mas agradable, y didáctica, pide esfuerzo, pues con él, todo será visto mejor.
- El coste de transformación. La verdadera formación NO se aplica (nivel 4, ya sabéis). La verdadera Formación TRANS –FORMA. Y cuando te transforma, entonces, lo del uso es anecdótico. Porque forma parte de ti. Steve Jobs decía que la formación más importante que había recibido en su vida fue un curso de caligrafía. Porque le enseño a ver las cosas de otra forma. Le dio otra visión de la vida. Y cuando tienes otra visión, la vida cambia, y tu modo de interactuar con ella, también.
Si tu gente no está dispuesta a pagar el coste monetario, ni el coste de esfuerzo, el de transformación, ya ni digamos. Luego jamás aplicaran, y lo único que te queda es ver su “satisfacción” por lo recibido. Mal asunto.
No importa el tema, no importa la materia, no importa la duración, plantea tus acciones formativas desde los tres parámetros. Descubrirás que el impacto de la Formación SI se puede medir. De hecho, te lo dice tu gente todos los días “aquella acción me impacto” “tú no sabes lo importante que fue para mí” “aquello me abrió los ojos”.
¿A qué entonces no le preguntas en cuál de los cuatro niveles se quedó?