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A nadie le gusta esperar, pero en el mundo empresarial además de un ataque para los nervios, estas esperas se consideran despilfarros y cuestan dinero. Los tiempos muertos son una de las causas de desperdicio más frecuentes e improductivas porque tienden a acumularse en cualquier rincón de la cadena de suministro, de forma evidente o en ocasiones bastante ocultas.
De cara a fabricación estos tiempos no productivos pueden llegar a extremos muy considerables por una razón fundamental: la escasez de control de inventario. Esta situación es la que se da cuando creemos tener existencias suficientes de todos los componentes y MP para fabricar, lanzamos la OF, y cuando está prácticamente todo listo para empezar, un operario de almacén anuncia que, por un error en el control de inventario, no se puede empezar a fabricar porque uno o varios de los componentes de los que creíamos tener, no tienen existencias.