Hace un momento, comentaba en las redes que me sentía bloqueada (a nivel de la garganta) porque me han surgido varios proyectos a la vez estos días y claro!, me he acelerado de más y me he sentido desbordada en cuestión de minutos.
Este “subidón de adrenalina” en tan corto espacio de tiempo me ha bloqueado emocionalmente. Yo funciono así. Bueno, mi cuerpo funciona así desde que ha descubierto que puede vivir de otro modo mucho más equilibrado. En otros tiempos, le echaba la culpa al clima, al tiempo, a la lluvia o al sol, a las corrientes de aires… sin ser consciente de que mi mente y mi cuerpo iban por separado. Era propensa a las “amigdalitis”, a los dolores de cuello y a los resfriados incluso en verano.
Estar bloqueada, mental y emocionalmente, es un estado de total desconexión entre lo que pienso, siento, digo y hago. Y cuando te ofrecen tanta cosa buena en cuestión de un par de días:
.- Piensas que ha llegado mucho de golpe.
.- Sientes que tu siembra está dando unos frutos excelentes.
.- Dices que Sí. Por supuesto!
.- Empiezas a hacer sin saber por donde empezar.
De repente, me doy cuenta que ese “subidón adrenalínico” me está dominando y hago a mi mente consciente de cómo me encuentro, recordando que, cuando estoy desbloqueada, es cuando me siento en verdadera conexión conmigo misma, por lo que gano en claridad mental, en enfoque, pero sobre todo, en organización.
Así que, paro en seco, me cojo mis folios y decido preguntarme:
1.- ¿En dónde estoy ahora?
2.- ¿Qué quiero lograr?
3.- Plan de Acción en Marcha
Y para lograrlo, mi Actitud es imprescindible. Necesito una Actitud que se mantenga en el tiempo. Para ello, necesito estar desbloqueada.
Entonces:
.- Respiro, respiro, respiro.
.- Escribo lo que me preocupa para tener la mente tranquila.
.- Me doy Reiki (terapia que me ha dado la vida hace mucho).
.- Empiezo a ORGANIZARME.
¿¡Pero cómo!?
Tengo que tener claros los objetivos que voy a conseguir con los proyectos recibidos. Sí, sí!!!
Si los objetivos no los pongo en movimiento, se convierten en jodidas preocupaciones que me ocupan la mente, gastan mi energía, me bloquean y así, no llegamos a ningún sitio. Ni mis objetivos, ni yo.
Empiezo a MOVERME.
1.- Conocidos mis Objetivos, empiezo a moverme.
2.- Investigo mis Recursos y los Recursos que necesito para llevar a cabo mi Plan de Acción/Ejecución (tiempo, dinero, personas…)
3.- Lo escribo todo, todo, todo.
¿Y qué me impide todo esto en los primeros minutos de “subidón adrenalínico”?
EL MIEDO.
Ese miedo que es parte de nuestra genética.
Ese miedo primario que es la principal resistencia al movimiento.
Ese miedo que tengo que ver como una simple “resistencia” y no como algo tóxico.
Pienso. Ese miedo me protege!!!
Ese miedo lo necesito para generar la suficiente excitación. Excitación dirigida y controlada, claro! Entonces, si entiendo mi miedo, logro Acción! Quiero generar Cambio!
¿Y qué me permite generar ese cambio?
Ser Consciente de lo que quiero y hacerlo de forma muy específica.
Cambiar mi forma de cambiar, ¿qué necesito nuevo que no tengo?.
Hacer cosas nuevas para conseguir un cambio.
Marcarme metas motivadoras y ambiciosas.
Detectar mis pensamientos negativos.
¿Cómo siento que me voy desbloqueando?
Empiezo a sentirme más relajada, más activa, consciente de lo que tengo entre manos.
Siento esa sensación de honestidad para con mi proyecto, sin autoengaños sobre mi capacidad de realización.
La sangre corre por mis venas con mejor ritmo y con ella, la creatividad que me permite asumir proyectos nuevos.
Saco ideas de cualquier parte: de la música, de la lluvia de la ventana, de mi niño protestando, de la bocina de los coches…
Este análisis y reflexión me proporciona movimiento para que las cosas me salgan y salir así de mi bloqueo inicial.