Cuando somos pequeños, nuestro medio de transporte principal y el que mayor independencia nos da es, sin lugar a dudas, nuestra bicicleta. Luego van pasando los años y, poco a poco, vamos dejando aparcado nuestro flamante velocípedo cada vez más a menudo, durante períodos que cada vez se alargan más y más, hasta que un buen día, incluso, la cambiamos por uno de esos cuatro-ruedas que funcionan con gasolina y están causando el cambio climático. Pero entonces llega ese día en el que un amigo te invita a dar una vuelta en bici por el parque o por el campo; o consigues un nuevo trabajo al que llegarías mucho antes ahorrándote los atascos; o visitas Holanda y quieres adaptarte a su forma de vida; o, quién sabe, decides unirte a la moda de comprarte una fixie, que son muy cool. Sea como sea, te toca volver a pedalear y piensas: ¿Se me habrá olvidado montar en bicicleta?
Tranquilo, no hay por qué temer. Tu memoria te echará una mano.
Un recorrido rápido por la memoria
Como cualquier otro proceso cognitivo superior, la memoria constituye un sistema complejo que cuenta con diferentes estructuras y mecanismos para su funcionamiento. Por cuestiones de extensión, a continuación se expone dicho sistema de manera muy esquemática y simplificada, siguiendo el modelo de Atkinson y Shiffrin:
En el caso que nos atañe, nos centraremos en la memoria a largo plazo (MLP), nuestro “almacén” de recuerdos de larga duración, el cual parece tener una capacidad ilimitada, por lo que es donde guardamos todo lo que somos. Esta MLP puede dividirse en otros dos “subalmacenes”: la memoria declarativa y la memoria procedimental. La primera, también conocida como memoria explícita, consiste en los recuerdos sobre “qué es qué”, información, hechos y sucesos concretos que pueden evocarse conscientemente. Por su parte, la memoria procedimental o memoria implícita hace referencia a aquellas habilidades que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida, es decir, a el “cómo” hacer lo que sabemos hacer. El uso de objetos, los movimientos coordinados y otras muchas tareas se encuentran en nuestra memoria procedimental, como es el caso de montar en bicicleta.
Bases neuropsicológicas
Como hemos mencionado en otras ocasiones, el cerebro está constituido por una compleja red en la que muchas estructuras actúan de forma coordinada. No obstante, para facilitar su entendimiento, podemos señalar aquellas que tiene un mayor protagonismo en cada función. En el caso de la memoria procedimental, el cerebelo cumple un papel esencial, ya que se encarga del aprendizaje y ejecución de movimientos coordinados.
Asimismo, el estriado y los ganglios basales, mediante diferentes rutas neuronales, permiten el control de los movimientos y la comunicación con otras estructuras funcionales necesarias para que el procesamiento de la memoria implícita se produzca de la manera más adecuada posible, así como la actuación del estriado parece estar relacionada con la adquisición de hábitos. Finalmente, cabe mencionar también el sistema límbico, que participa en diversos procesos interrelacionados que son fundamentales para la memoria y el aprendizaje.
¿Se puede enseñar a montar en bicicleta?
Os voy a pedir que hagáis un ejercicio: Intentad explicarle a alguien cómo llegar desde vuestra casa al hospital más cercano. Fácil, ¿no? Simplemente, hay que seguir las direcciones, ir paso por paso girando a izquierda o a derecha hasta llegar a nuestro destino. Ahora, imaginad que ese alguien no sabe montar en bicicleta, pero tiene que llegar hasta el hospital en una; intentad explicarle qué tiene que hacer para llegar sin caerse, cómo ha de pedalear, girar el manillar, frenar y mantener el equilibrio. Esto ya no es tan fácil de explicar, ¿verdad?
El conocimiento implícito, a diferencia del explícito, no es información concreta, sino que conlleva la acción para su aprendizaje. Hirotaka Takeuchi, profesor en Harvard, lo define así: “Es lo que sabemos en nuestro cuerpo, en nuestros músculos“. De hecho, un curioso estudio comprobó que cuando se le pedía a personas que sabían montar en bicicleta que describieran cómo hacer un giro hacia la izquierda, el 90% de los participantes daban una explicación errónea. Y es que la memoria procedimental está tan integrada en nuestra mente que no sabemos cómo convertirla en material explícito e incluso cuando somos capaces de traducirla, se pierde una parte esencial del conocimiento.
Entonces, ¿es imposible enseñar algo implícito como montar en bicicleta? Por supuesto que no. La clave, sin embargo, está en la acción; por mucho que alguien te explique que debes poner cada pie en cada pedal, mantenerte recto, no menear el manillar hacia los lados, etc., lo esencial es que te subas en la bici y no pares de pedalear. Igual ocurre con otras habilidades, como tocar la guitarra, esquiar, conducir o hablar otro idioma; para poder saberlo, no basta con una explicación teórica, sino que hay que ponerlo en práctica.
¿Se puede olvidar cómo montar en bicicleta?
Como ya se ha mencionado previamente, los recuerdos a largo plazo, incluidos los de la memoria procedimental, pueden quedar almacenados durante tiempo ilimitado, por lo que para olvidarnos de ellos tendría que ocurrir algo fuera de lo normal, por ejemplo, sufrir algún cuadro de amnesia grave.
Es posible que al intentar retomar alguna actividad que conlleve poner en funcionamiento nuestra memoria procedimental, al principio tengamos algunas dificultades. Por ejemplo, si llevamos mucho tiempo sin tocar el piano, es probable que al principio nos cueste recordar qué tecla correspondía a qué nota musical, o que nuestros dedos se muevan torpemente y choquen entre sí, pero seguramente, al cabo de un tiempo intentándolo, nos resulte mucho más fácil que cuando aprendimos por primera vez. En este sentido, cuanto más hayamos practicado en el pasado la actividad, más difícil será que se nos “olvide” (o, mejor dicho, que nos cueste retomarla); si sólo hemos montado en bicicleta tres o cuatro veces en nuestra vida, a la próxima deberemos dedicarle algún tiempo extra perfeccionar nuestra destreza.
Referencias
Brennan, A. E., y Smith, M. A. (2015). The decay of motor memories is independent of context change detection. PLOS Computational Biology, 11, 1-31.
Durrance, B. (1998). Some explicit thoughts on tacit learning. Training & Development, Diciembre, 24-29.
Wulff, P., Schonewille, M., Renzi, M., Viltono, L., Sassoè-Pognetto, M., Badura, A., Gao, Z., Hoebeek, F. E., Van Dorp, S., Wisden, W., Farrant, M., y De Zeeuw, C. I. (2009). Synaptic inhibition of Purkinje cells bediates consolidation of vestibulo-cerebellar motor learning. Nature Neuroscience, 12, 1042-1049.