Se acerca el final del curso escolar, y todos, tanto padres como niños estamos con las fuerzas justas y con ganas de que lleguen las vacaciones. Pero no es momento de flojear, estamos en la recta final y muchos alumnos se juegan mucho, pues todavía quedan exámenes por hacer, trabajos que entregar y muchas cosas por aprender. Siguiendo estas pautas seguro que este fin de curso será más llevadero para todos:
- Marca objetivos a cumplir, no tiempo de estudio. Qué el niño vea que si el objetivo es aprender una lección, que cuando ya se la sabe, tendrá tiempo libre para jugar. Las personas, incluidas los niños, funcionamos mejor trabajando por objetivos que por tiempos.
- Los objetivos deben de ser realistas y ajustados al potencial y la evolución del niño. Por ejemplo, si el niño lleva mal las matemáticas durante todo el curso, no podemos pretender que en junio saque un sobresaliente. De esa forma solo conseguiremos desmotivarle y que no se sienta capaz de alcanzar el objetivo.
- Lo ideal es trabajar desde la motivación intrínseca, o interna, es decir hacer las cosas porque yo quiero, porque eso me hace sentir bien. No obstante, cuando los niños son pequeños, muchas veces este tipo de motivación todavía no se ha desarrollado, y tendremos que trabajar desde la motivación extrínseca o externa, es decir, hacemos las cosas por conseguir algo que queremos, como por ejemplo, ver un tiempo la televisión, jugar unos minutos a la Tablet, jugar a algo que le apetezca mucho... será fundamental que el niño sepa las recompensas que va a tener por estudiar. Por ejemplo, jugar unos minutos en el ordenador...
- Una vez que el niño ha cumplido su objetivo de estudio o de trabajo podemos preguntarle que tal se siente, si está contento por haberlo realizado. De esta forma le haremos reflexionar de cómo cuando cumplimos con nuestras obligaciones nos sentimos bien, pues esto será el mejor reforzador a medio y largo plazo.
- No olvidemos que la principal fuente de aprendizaje de un niño es el modelado, es decir los niños copian a sus adultos de referencia que principalmente son padres. Por eso, es importante que los padres, pese al cansancio, al calor y al buen tiempo, sigan siendo modelo de esfuerzo y de constancia en el niño.
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Silvia Álava, psicóloga, conferenciante y escritora. Directora del Área Infantil del Centro de Psicología Álava Reyes. Acreditada por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid como Psicólogo General Sanitario. Especialista en psicología clínica y educativa. Colaboradora en diversos medios de educación. Autora del libro: "Queremos Hijos Felices. Lo que nunca nos enseñaron".