La línea entre la motivación y la desmotivación es muy fina. El desgaste del día a día en cualquier ámbito, personal o profesional, o algún imprevisto, puede hacer que nos sintamos alicaídos. Este agotamiento físico o mental nos impide rendir al máximo. Pero si somos conscientes de este problema, lo mejor de todo será parar, recapacitar y, desde una postura analítica, examinar cuáles son las causas que nos hacen estar así, si podemos cambiarlas y si no fuera posible, qué podemos hacer para contrarrestarlas. Algunas de las acciones encaminadas a motivarse ante estas situaciones son:
1. Márcate objetivosSé realista. Hay que ser ambicioso, pero el primer paso es ir paso a paso. Al marcarnos un objetivo, el mayor error es querer alcanzarlo cuanto antes. Sin embargo, debemos seguir unas pautas y un método para conseguir esos pequeños pasos realistas que nos llevan al gran objetivo final. Ve poco a poco para que tu mente adquiera un pensamiento siempre positivo. Y, disfruta de los pequeños retos que vas consiguiendo.
2. DesconectaMuchas veces las nuevas tecnologías nos generan un estrés innecesario, bien porque las utilizamos en el trabajo, o en nuestra vida cotidiana. Somos esclavos de las redes sociales, de los ordenadores, y de nuestros móviles. A través de estos mostramos nuestra realidad, o la realidad que queremos que los demás perciban. En muchos casos, esta es otra de las causas de desmotivación. Por ejemplo, si estamos en la búsqueda activa de empleo, un paseo por Linkedin para descubrir los "pomposos" puestos de trabajo en los que se empeña nuestra red de contactos, no siempre nos va a mostrar una visión acertada de la realidad, ya que se tiende a magnificar. Por eso, sé sensato. Aprende a desconectar. Disfruta de los pequeños placeres que da la vida diaria.
3. Sigue aprendiendoLa clave de ello está en leer. No hace falta hacernos con libros técnicos. Una simple novela nos evocará otros parajes y otros personajes que nos evadirán de la rutina, y nos ofrecerán otro modo de actuar diferente ante situaciones quizá similares.
4. Haz lo que más te gusteDedica el máximo tiempo posible a tu hobby (deporte, cocina, manualidades...). Si donde mejor te encuentras es en casa, busca la forma de entretenerte en ella. No te veas en la obligación de salir porque el resto quiere que lo hagas. Cualquier opción es buena si te hace sentir bien.
5. Prémiate con un viajeViajar, si puede ser al extranjero, una vez al año, te abrirá la ventana hacia un nuevo mundo. No consiste en ser turista. Consiste en ser viajero. Inmiscuirte con las personas que encontrarás en otra cultura diferente a la tuya, te hará ver que no hay un solo camino para bordear esa piedra que te molesta en tu camino. Conseguirás además tomar aire fresco, y recargar energía a base de conocimientos que podrás aplicar en tu vida diaria.
Si por el contrario, no puedes permitirte un viaje de estas características, haz una escapada al campo, a la playa...en compañía o solo, eso en función de lo que tú necesites. Procura, además, dosificar estas salidas. Muchas veces es mejor hacer muchas escapadas pequeñas, que no una de larga duración.