Seguramente te ha sucedido que comienzas una dieta, estás 100% enfocado/a en mantenerla, te estás ejercitando, cuando de repente… llegan a ti los ataques de ansiedad o peor aún: tus amigos te invitan a comer fuera de casa.
La ansiedad puedes manejarla con ciertos alimentos. Puedes ver consejos sobre alimentos saludables para calmar la ansiedad en Nutrición Sin Más. Así como también las salidas a comer fuera de casa, pueden ser saludables.
Para que puedas seguir disfrutando sanamente y no te encierres en casa, te traemos diversos consejos para que comas bien en cada lugar que te encuentres.
1. En el trabajo
Si eres de los que pasa largas jornadas en una oficina, es probable que la ansiedad toque tu puerta. Más aún si tienes una máquina dispensadora cerca.
Lo que debes hacer es tomar un buen desayuno y llevar una pequeña merienda para que la comas a media mañana, así evitarás el picoteo.
Evita llevar comidas que tengas que calentar en el microondas. Las comidas recalentadas pierden su color, sabor y nutrientes.
Si eres fanático del café, pues tómalo moderadamente. Entre 1 y 2 tazas al día es más que suficiente.
No te estreses. El estrés es común si tienes un trabajo ajetreado y probablemente quieras llevarte todo a la boca, ¡Resiste!
Planifica tus comidas antes de irte a trabajar, no comas todos los días lo mismo e incluye siempre algún vegetal y proteína, te mantendrá satisfecho por más tiempo.
2. En los restaurantes
Probablemente este sea uno de los más difíciles y tentadores, pero debes cumplir tu dieta para llegar al peso que tanto has soñado y sentirte mejor contigo mismo/a.
Primero, evita las frituras. Pide mejor algo hervido, a la plancha o al vapor. Recuerda que tú eres el responsable de lo que te llevas a la boca. Aquí puedes ver cuál es el aceite más sano para freír.
Beber agua mientras esperas la comida es una buena idea. Conseguirás llenar un poco tu estómago y evitarás la ansiedad.
Si el plato que escogiste contiene alguna salsa, pídela aparte, así serás más consciente de la ración que utilizas.
3. En los viajes
Si viajas en coche es probable que hagas una parada a mitad de camino. Para evitar la comida rápida, lleva preparadas algunas meriendas que evitarán que te salgas de la línea.
Si viajas en avión, come antes del vuelo y no aceptes la comida que ellos te brindan, es rica en grasas y calorías. De igual forma lleva meriendas para calmar los antojos.
Si por el contrario el vuelo es muy largo, debes ser selectivo. No consumas alcohol durante el mismo y evita los dulces y golosinas.
Los días o meses anteriores al viaje mantén una dieta equilibrada, que te permita darte tus gustos y disfrutar el viaje como debe ser. No te prohíbas nada, solo mide tus porciones y no te descontroles.
No olvides que al volver debes retomar tu rutina. Quizás al principio resulte difícil porque te acostumbraste a la buena vida de tu viaje, pero durante unos días come moderadamente y restríngete alimentos de alto índice glicémico.
4. En ocasiones especiales
Si vas a una fiesta, elige platos que tengan verduras y hortalizas. Para evitar tentaciones, intenta mantenerte alejada de la mesa donde esté la comida, mantén tus manos ocupadas en algo y sobre todo: aprende a decir “No, gracias”.
Si la fiesta la organizas tu misma, modifica las recetas utilizando ingredientes que contengan menos calorías. Al controlar lo que pones en la mesa evitarás caer en la auto-trampa.
Por lo general, en las fiestas solemos comer de todo simplemente “porque está ahí”. Si es posible, regala a tus invitados la comida que sobró, en vez de guardarlos en la nevera, donde será más difícil que te resistas a ellos.
Nunca llegues con el estómago vacío, al ver cualquier delicia querrás comértela toda. Es mejor comer algo saludable en tu casa antes de salir.
Recuerda que…
No es necesario que dejes de asistir a tus compromisos sólo porque “estás a dieta” o porque no puedes tomar ni beber absolutamente nada. Todo se basa en el equilibrio.