Una obsesión que tengo (una de tantas) es que no se note que soy idiota. Que no lo noten otros y que no lo note yo. Por eso, de vez en cuando, busco qué leen, qué escuchan y qué ven los que no son idiotas. Para ser como ellos. Y aunque la cantidad de información disponible me puede llegar a abrumar (hay mucha gente muy lista recomendando cosas), al menos ahora no tengo que conformarme con hojear borracho la MondoSonoro en un bareto.
Así llegué, supongo, a saber de la existencia de "How to... with John Wilson" (HBO, 2020). Serie que cuenta, ya, con tres temporadas de 6 capítulos cada una. En cada uno de los episodios, de alrededor de media hora de duración, el director se propone aprender algo. Desde cómo charlar con desconocidos a cómo preparar el risotto perfecto. Este es, precisamente, el camino de la primera temporada, del primer al sexto capítulo. Pero la propuesta inicial no es más que la puesta en marcha de un recorrido sorprendente por las reflexiones encadenadas de Wilson y a dónde le van conduciendo estos pensamientos. Contado todo con voz en off e ilustrado con imágenes de Nueva York. Miles y miles de imágenes que el propio John Wilson, documentalista, ha ido grabando durante años.
El resultado es raro. Comedia, por decir algo. Serie, por constar de una secuencia de capítulos. Extraño. Y a la vez exquisito. Intrincado. Cómico, sí, pero también filosófico, tierno, delicioso. Sirva como ejemplo el último capítulo de la primera temporada, grabado justo al comienzo de la pandemia del coronavirus con la participación ¿involuntaria? de la vecina anciana de Wilson.
Y ojalá pudiera decir más. Es una serie que degusto muy poco a poco. Cuando estoy de humor. Siendo "estar de humor" un eufemismo mayúsculo para algo que no sé explicar. Supongo que querer que no se note que soy idiota conlleva una serie de sacrificios. Así que me pondré con la segunda y tercera temporadas cuando sienta que estoy a la altura.