Los autónomos no ganamos para sustos. Cada trimestre, Hacienda llama a nuestra puerta y tenemos que hacer el desembolso correspondiente. Pero, además, ahora se acerca la declaración de la renta y es posible que también debamos hacer algún abono. Si ya temes que llegue ese momento y las cuentas no te salen, atento a este post. Hoy vamos a enseñarte a organizar mejor las finanzas de tu empresa con estos cinco consejos básicos:
1. No pienses en tus ingresos como si fueran tu nómina
Uno de los grandes errores del autónomo es creer que todos los ingresos que llegan de las facturas a la cuenta del banco le pertenecen. Sin embargo, es importante que tengas muy presente que solo eres un mero intermediario del IVA. Ese dinero no te pertenece y, por tanto, no deberías hacer uso de él. De lo contrario, cuando llegue la hora de devolverlo al final del trimestre tendrás un gran problema.
Además, los ingresos están sujetos al IRPF, que también debes descontar si quieres tener una idea más clara del dinero que realmente has ganado.
2. Separa las cuentas personales de las de la empresa
Es muy probable que solo tengas una cuenta en el banco o, a lo sumo, dos: una diaria y otra de ahorro. Sin embargo, para organizar fácilmente las finanzas de la empresa es conveniente que abras tres cuentas diferentes: una personal, otra de actividad y una tercera para los impuestos. Así tendrás una visión más realista del negocio y te evitarás sorpresas con Hacienda.
En la cuenta de impuestos deberás ingresar el IVA y el IRPF que te corresponde. Si eres autónomo por módulos puedes planificarte con antelación y saber qué cantidades vas a pagar. En el caso de que tributes en estimación directa, lo más aconsejable es traspasar directamente a esta cuenta el IVA que te paguen de las facturas que vayas emitiendo. También tendrás que apartar un 15% en concepto de IRPF. Al final del trimestre, puedes domiciliar el cargo de los impuestos aquí cuenta y así tendrás todo en orden.
En la cuenta personal incluirás tu nómina. Es decir, los ingresos que obtienes de tu actividad, menos los impuestos, los gastos y el porcentaje de ahorro que quieras guardar. Por último, en la cuenta de actividad deberás ingresar mensualmente los gastos del negocio (alquiler, seguro, comunicación, teléfono, etc.). También puedes guardar algo de dinero extra, si tienes la posibilidad, para poder realizar inversiones en el futuro o hacer frente a gastos inesperados.
3. Gestiona las facturas a tiempo
Intenta llevar la contabilidad al día. Es muy importante facturar los trabajos en el momento que los has acabado. Piensa que retrasar la emisión de la factura solo contribuirá a alargar todavía más el cobro. Eso puede generarte problemas de liquidez a medio plazo. ¡Lleva cuidado!
Por otra parte, tener la contabilidad actualizada es la única forma de controlar realmente el dinero con el que cuentas. Recuerda que, aunque dispongas de la ayuda de un profesional, debes ser consciente de tus cuentas para poder gestionar el negocio correctamente. Así no harás gastos superfluos y sabrás hasta qué punto puedes hacer una inversión o no.
4. Reclama el dinero que te corresponde
Y hazlo todas las veces que sean necesarias. Los autónomos tenemos pocos mecanismos para defendernos de la morosidad, sobre todo cuando las cantidades son pequeñas. De ahí, que sea tan importante insistir una y otra vez hasta que nos abonen lo que nos deben. ¡Qué no te de vergüenza!
5. Pide ayuda cuando lo necesites
Si estás pasando por una situación complicada y te hace falta liquidez, pide ayuda. Piensa que no siempre es necesario recurrir al banco ni endeudarse con altos intereses. Antes que nada, acude a tu familia y amigos, busca subvenciones y retrasa los pagos que sean posibles. Por ejemplo, puedes solicitar un aplazamiento de la cuota de la seguridad social o fraccionar el pago de los impuestos.
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