Recordáis cuando los veranos eran eternos? A medida que nos hacemos mayores el tiempo va más deprisa... o eso parece.
Cuando nos pasamos el día con la cabeza fuera del momento presente (rumiando sobre el pasado, especulando sobre el futuro o constantemente pensando en la próxima cosa que hay que hacer), podemos llegar a tener la sensación de que la vida está como de fondo, ahí fuera. Llega la hora de acostarse y nos metemos en la cama pensando dónde narices se ha ido el día de hoy? Como si lo hubiéramos perdido de algún modo.
La atención plena nos enseña que el único momento es ahora.
Si pasamos un día frenético corriendo de una tarea a la siguiente, vamos a sentir que el día ha ido, como se diría comunmente "a toda leche" y que no hemos realmente vivido. En días así merece la pena preguntarnos He tenido un solo momento de quietud hoy? He disfrutado de un solo momento en el que he apreciado el hecho de que estoy vivo y que este momento nunca va a repetirse?"
Aunque nos encante fantasear con soluciones caídas del cielo, no hay una maquinita que sea capaz de detener el tiempo. Lo que sí podemos hacer es dejar de vivir a todo trapo, sin ninguna pausa meditativa de vez en cuando para apreciar el momento. Si somos capaces de vivir un poco más en el momento, no es que estemos realmente desacelerando el reloj, pero al menos no estamos creando esa incómoda ilusión de que el tiempo se nos escapa.
Hay una idea errónea que considera que slow life significa relajarse y dejar fluir la vida como si estar ociosos todo el día o quitarle importancia a lo que es urgente fuera a solucionar nuestros problemas. (Puedes leer ideas prácticas para una vida slow en el post "Baja el ritmo: Apúntate al Slow Life")
Luego hay otra, que es aún más errónea y es la de considerar que el mindfulness o la atención plena busca "disfrutar" del presente y aferrarse a las cosas buenas.
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Mi experiencia me dice que la clave para esto es la práctica regular. Sentado. En la práctica formal de meditación aprendemos a simplemente SER, con todo lo que se plantee en el momento - bueno, malo o indiferente. Te invito a que te leas este otro artículo titulado "Diálogo Atento, beneficios de escucharte a ti mismo" donde el simple hecho de aceptar lo bueno y lo malo nos ayuda a conocernos y poder evolucionar a partir de ahí.
Negar la existencia de fenómenos que nos hacen sufrir, pensar sólo en positivo es una trampa de autosugestión donde a la larga nos acaba saliendo el tiro por la culata, pero ese es otro tema y ya os cuento esto si queréis otro día, aunque creo que es bastante evidente.
A medida que mi práctica de meditación evoluciona, cada vez me doy más cuenta que el tiempo es relativo. Puedo poner mi temporizador durante 30 minutos, pero, una vez que empiezo a meditar, es como si el tiempo se suspendiese. No estoy pensando en el reloj. Muy a menudo el temporizador sonará a los 30 minutos y yo podría haber estado sentada durante cinco minutos o cinco horas, se pierde la noción del tiempo y aumenta la noción del ser.
Pero se necesita práctica, claro, estoy en ello.
Me gustaría leerte en los comentarios! Me quieres contar si este año te vas a esforzar en hacer de tu vida un viaje inolvidable? o vas a seguir corriendo como un pollo sin cabeza detrás de objetivos y proyectos de futuro? Eres de las que relaciona slow life con tirarse a la bartola? Cuéntame , cuéntame!
Un abrazo.
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