Por Diego Antoñanzas de Toledo
Llega el mes de Septiembre. Junto con el mes de Enero, son las etapas del año más propicias para hacer cambios. Pero ¿cómo podemos perder el miedo al cambio? ¿qué tenemos que hacer para afrontarlo con la mayor ilusión y optimismo? La gestión y el miedo al cambio es de los temas más consultados en los procesos de coaching ejecutivo. Pero cobra especial atención en el siglo XXI , porque el cambio ha llegado para quedarse de forma permanente en nuestras vidas.
¿qué hace que tengamos miedo al cambio? ¿cómo podemos superar esos pensamientos que nos impiden dar los pasos necesarios y ganar a la resistencia a la neofobia (miedo a la nuevo)? El hombre está sometido a numerosos cambios, pero a pesar de que tendríamos que estar acostumbrados a ellos, lamentablemente no siempre están exentos de molestas sensaciones que van desde dormir mal, hasta los cabreos incontrolados.
Desde pequeños nos educan para ser resistentes a los cambios. Nos llenan de creencias difícilmente desmontables. Y cuando esos cimientos empiezan a tambalear, nos da por reflexionar, por pensar mucho sobre las consecuencias de ese cambio. Y pensamos, y pensamos y pensamos... llegando a veces a una paralización total de nuestras acciones. Como si el pensamiento nos detuviera. Es la denominada parálisis por reflexión excesiva.
Para perder el miedo al cambio, hay que limitarse a aceptarlo, sin necesidad de pensarlo demasiado, asumirlo y seguir para adelante.
Una creencia excesivamente interiorizada puede también producir muchos quebraderos de cabeza. Si somos de los que pensamos, como es mi caso, que el deporte es horrible, nos cuesta el doble. Por eso el mero de hecho de cambiar la inactividad del cuerpo al no hacer ejercicio y apuntarnos a un gimnasio, nos da tanta pereza. Debemos de desdramatizar y saber que cualquier creencia puede desmontarse. Ahí radica nuestra diferencia como humanos. No hay nada mejor que las contradicciones, porque quien no se contradice es porque está muerto...
Otra de las cosas que te recomendaría es dejar que los errores aparezcan, no tener miedo a equivocarnos. Creo que uno de mis grandes aprendizajes es reconocer que los errores son parte de mi aprendizaje como ser humano, y que quiero aprender cada día hasta que ya no tenga mente para hacerlo. Muchas veces el miedo al cambio no es en si un miedo al hecho, sino a los errores que ese cambio puede producir y del que luego nos tengamos que arrepentir. Si no cambiamos nada, nada va a cambiar.
La presión social, el qué dirán, el pensamiento ajeno, también nos influye negativamente a la hora de tomar decisiones arriesgadas.
En la cultura mediterránea y latina, el cambio está mal visto desde el punto de vista social. Y deberíamos dejar de presionar a la gente cuando cambia, incluso si cambia de opinión. ¿por qué penalizamos tanto la contradicción o el cambio de opinión? Porque estamos penalizando el error, estamos fijándonos más en el golpe, en la caída, que en cómo se ha remontado. No importa el número de veces que te caes, sino el número de veces que eres capaz de levantarte y seguir adelante.
Por tanto , la vida nos pone oportunidades en el camino, enormes oportunidades para cambiar nuestro pensamiento, nuestro día a día, nuestro trabajo, nuestro grupo de amigos... por muy grande que sea el cambio, siempre siempre terminaremos por adaptarnos. El cambio puede entrenarse, podemos empezar cambiando pequeñas cosas que no nos gustan... y veréis cómo los cambios mayores que aparecen son más fáciles de sobrellevar.
Todo cambio es siempre una oportunidad.
Por tanto si estás pensando en cambiar de trabajo, apuntarte al gimnasio, cambiar de amigos o empezar a trabajar tu mente y tu salud mental, adelante. Y si necesitas cualquier ayuda que te acompañe en el camino de cambiar, aquí me tienes para iluminar aquellas zonas oscuras que todavía te dan miedo. ¡será un placer acompañarte como coach y que aprendas a perder el miedo al cambio!
Fuente: https://diegoantonanzas.com/como-perder-el-miedo-al-cambio/