Las vacaciones de verano no serían las mismas sin las copiosas comidas con amigos y familiares, los helados a pie de playa y las siestas. El aumento de las comidas y la disminución de ejercicio físico puede desembocar en una media de entre 2 y 5 kilos adquiridos durante las vacaciones. Para recuperar la figura que se tenía antes del verano es recomendable huir de las dietas milagro: Según la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN) el 95% de las personas que lleva a cabo una dieta milagro vuelve a recuperar el peso perdido. Siga estos cinco hábitos sencillos para conseguir una pérdida de peso saludable y sostenible:
1. Controlar los alimentos
Es tan importante controlar la cantidad de alimentos ingeridos como la calidad de los mismos. Por ejemplo, tal como ha analizado la revista Buen Salud, un plato de espaguetis con mantequilla y queso contiene 195 calorías, mientras un cuarto de pollo a la plancha sin piel, que en principio podría parecer más saludable, contiene 225. Es recomendable invertir en alimentos llenos de nutrientes y no saltarse comidas, sino comer cinco veces al día. Si se presta atención a los componentes que los alimentos presentan para nuestro organismo, se sorprenderá al ver la gran cantidad de alimentos distintos que puede consumir para perder peso.
Y es que se debe huir de pasar hambre, ya que ésta no es favorable para perder kilos, sino que consigue que el organismo absorba con más fuerza todo lo que ingiere a sus reservas de grasa. Una técnica muy interesante es cambiar la mentalidad a la hora de cocinar: nuevos ingredientes como la quinoa, o nuevas formas de cocinar como al vapor o al horno pueden ayudar a llevar una dieta variada y lejos de la monotonía.
2. No comer por los ojos
El hambre hedonista es, según el diario abc y entulínea, esas ganas de comer por placer. El pecado capital de la gula atrae hacia la ingesta de alimentos calóricos como snacks salados, bollería y dulces. Para combatirla se puede recurrir a tener siempre a mano un tentempié saludable con el que saciar el hambre. De esta forma será más sencillo resistir la tentación de comer algo poco sano, y además te aportará una ración extra de nutrientes al organismo. También se puede recurrir a hacer la compra con el estómago lleno, de manera que no se caerá en latentación de comprar este tipo de alimentos no saludables.
3. Beber de 1’5 a 2 litros de agua
El agua ayuda a la pérdida de peso de diversas formas. Mediante la ingesta de 2 litros de agua al día se consigue una mayor sensación de estar llenos durante todo el día, y el organismo se aprovechará de su acción diurética. Como alternativa al agua también se puede recurrir a los zumos de frutas y verduras, mejor si son naturales. Se debe evitar los refrescos, aunque sean en su variedad Light, ya que aún sin azúcares siguen conteniendo gas, que hincha el estómago..
4. Hacer ejercicio aeróbico al menos media hora al día
El ejercicio físico es crucial a la hora de perder el peso adquirido. El ejercicio aeróbico será el de mayor utilidad para quemar las reservas de grasa del organismo. Se recomienda encontrar un ejercicio que hacer a gusto, para que éste se convierta en un hábito, como salir a correr, ir en bicicleta o bailar.
5. Dormir 7 u 8 horas diarias
Las horas que pasamos durmiendo también son muy importantes para regular nuestro peso. Según Empar Lurbe, investigadora principal del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatológica de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), no descansar lo suficiente aumenta la producción de grelina, hormona encargada de generar el apetito, y aumenta la producción de leptina, la hormona inhibidora del mismo.
(Fuente: SmartSalus Blog)