Como perder peso sin complicarnos demasiado la vida

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Cuando os conté mi experiencia con una de las dietas más polémicas de los últimos años ya os adelanté que no es una dieta que yo recomiende, pero si tengo que destacar algo positivo de ella es que me enseño a tomar consciencia de lo que había sido mi alimentación hasta el momento y a prometerme a mi misma que, si no quería pasar por una dieta nunca más, tendría que poner mucho de mi parte para mantenerme en el peso correcto y adecuado. Una vez tomada la decisión de cambiar nuestros habitos y alimentarnos de una manera más saludable, sólo nos queda seguir unos cuantos consejos para que nuestra misión sea todo un éxito.
Planifica tus comidas semanales. Para mi el punto más importante de todos y en el que reside el éxito de cualquier dieta de adelgazamiento. Si planificas y preparas tus comidas semanales te será más difícil caer en la improvisación y comer cualquier cosa que pase por delante de tus ojos.
Apunta en un cuaderno todo lo que comes a lo largo del día. Te ayudará a controlar lo que comes y a compensar en las siguientes comidas si es que en una te has pasado.
Disminuye el consumo de alimentos procesados y reserva un tiempo para cocinar platos sanos y, porque no, sabrosos. Los "productos saludables" que podemos encontrar en el supermercado a veces no lo son tanto ya que "disfrazan" su menor contenido de azúcares con un mayor contenido en grasa además de estar repletos de multitud de ingredientes artificiales. La red está llena de páginas y/o blogs dedicados a recetas sanas y fáciles de preparar, con ingredientes frescos y naturales, aquí sin ir más lejos tenéis algunas. Sólo hay que currarselo un poquito.

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Evita freír los alimentos ya que los cargarás de calorías innecesarias, es más recomendable cocerlos, hacerlos al vapor, hervidos o a la plancha.
¿Fruta? Si, gracias pero no en cualquier momento. Existe la creencia popular, y en parte bastante cierta, de que la fruta engorda debido a su alto contenido en azúcares pero también contiene vitaminas, fibra, minerales y otros nutrientes esenciales de los que no podemos prescindir, la consumiremos preferiblemente por la mañana y nunca como postre.
Reduce el consumo de lácteos de origen animal y hazte fan de los lácteos de origen vegetal como la leche de soja, de arroz, de almendras, de avena o la horchata de chufa. 
Incrementa el consumo de legumbres y cereales integrales como el arroz, la quinoa o la avena, al ser hidratos de carbono complejos tardan más tiempo en pasar al torrente sanguíneo retrasando con ello la segregación de insulina, causante en mayor medida del aumento del apetito y del incremento de la grasa corporal.

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Pasa de refrescos, alcohol o zumos de fruta envasados y ¡bebe agua! Ayuda a eliminar toxinas, nos mantiene hidratados y reduce la sensación de hambre. ¿Sabías que gran parte de las veces en que pensamos tener hambre realmente lo que tenemos es sed?
Elimina el azúcar y sustitúyelo por edulcorantes naturales como la miel o la stevia.
Cena pronto y de manera ligera, facilita una buena digestión y un mejor funcionamiento del hígado y evita  la retención de líquidos y los gases.
El té verde es un aliado más en la lucha contra el sobrepeso. Su contenido en cafeína ayuda a quemar más grasa y a controlar los niveles de colesterol aparte de ser muy rico en antioxidantes.
Consume alimentos ricos en grasas monoinsaturadas, como el aguacate y los frutos secos, rebajan nuestros niveles de colesterol, disminuyen la retención de líquidos y son muy ricos en fibra.
Date un capricho de vez en cuando - cheat meal -, porque el cuerpo se acostumbra a la dieta, se pone en "modo ahorro" y esto dificulta el seguir perdiendo peso.

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Apúntate a la dieta detox, así eliminarás toxinas acumuladas y te cargarás de energía y bienestar para seguir hasta tu objetivo final.
Incrementa tu masa muscular a través del deporte, el músculo tiene mayor gasto calórico y consigue ganarle terreno a la grasa corporal. Igual de importante es el ejercicio de tipo cardiovascular porque activa el metabolismo y ayuda a quemar la grasa acumulada.
No parece complicado ¿verdad? Si vais poco a poco introduciendo cambios en vuestras rutinas notaréis con el paso de las semanas que os encontráis mucho mejor. Hay estudios que han constatado que para cambiar un mal hábito -  o echar a perder uno bueno que ya teníamos - se necesitan 21 días y, una vez interiorizado, es menos complicado coger el siguiente.
¿Seguís alguno de estos consejos para manteneros en vuestro peso? ¿Cuáles son aquellos que os funcionan a vosotr@s y que os gustaría compartir?
Para más información puedes consultar mi perfil de Google+ de Blanca Cabrerizo o contactar conmigo en theblancheblog@gmail.com