Revista Diario
¡Hola soñadoras! Hace ya una semana, ni corta, ni perezosa, me lancé por snapchat (@mvesblog) a pedir vuestra ayuda por un tema de decoración, pero en ese momento, dije que os contaría más tarde, porque estaba inundada de trabajo. Podéis estar tranquilas, no me ahogué. Lo digo, porque hasta este momento no me he vuelto a pronunciar sobre el tema.
Con sinceridad, yo soy más de ponerme a escribir, que de dar discursos, al final si me tengo que poner a contaros algo que me va a llevar tiempo, prefiero no tener que improvisar ante mi móvil, así que, aquí estoy, frente a la pantalla, arrancándome a contaros mis planes para el mes de julio.
No, no, este verano no me marcho fuera de España, ni me voy de vacaciones. Me quedo, con brocha y pincel en mano. Nos hemos planteado dedicar julio a pintar de nuevo el piso donde vivimos, y es la primera vez que nos toca enfrentarnos al desafío de ponernos de acuerdo para estas cosas. Ya he encargado el casco, para no salir muy perjudicada cuando nos tiremos los trastos a la cabeza.
Ir a por un bol de palomitas, que os voy a contar la situación. Mi chico y yo, hace como 7 años que vivimos juntos, hemos cambiado de casa dos veces y siempre hemos cogido piso de alquiler. Somos un par de culos inquietos y aún no sabemos donde queremos echar raíces, o si queremos echarlas, por tanto, no hemos planteado lo de tener casa propia ya que ambos consideramos que eso, quieras o no, ata. Es más fácil desprenderse de un alquiler.
La cuestión es que cuando nos mudamos al piso donde estamos ahora, buscábamos que encajara en nuestro gusto, pero claro, si quieres algo perfecto, hazlo tu mismo. Al final te adaptas a lo más bonito que encuentras, siempre que tenga esas cosas básicas imprescindibles.
Este piso nos gusta mucho, podéis verlo aquí y aquí, su situación; en Cangas pegado a la playa, su distribución; recibidor, salón-comedor, cocina independiente, cuarto de lavado, baño, dos habitaciones, garaje y trastero ¡No esta nada mal!, su luminosidad; ventanales enormes y todo exterior excepto el baño, está amueblado al completo con muebles de madera oscura (si los hubiese puesto yo serían blancos o de madera clara) cubiertos con cristal, lo único propio es el despacho que lo compré al gusto y lo adapté a la habitación de invitados, y lo podéis ver aquí, el suelo de las habitaciones en de parquet de madera clara la misma tonalidad que las puertas y armarios empotrados, el resto de la casa de gres en color beige. Ah! Lo importante: las paredes están pintadas al completo de un tono blanco roto, tirando a beige.
Han pasado dos años desde que vivimos aquí, y entre la humedad del clima gallego, y el estar tan pegados al mar, ha salido un poco de humedad en algunos rincones, algo típico de vivir en la costa, pero que me pone de los nervios. Por eso, creemos que es importante aprovechar los meses de buen tiempo para dar un tratamiento a las paredes y de paso, un lavado de cara y ponerlo un poco más a nuestro gusto, ya que tenemos la opción de hacerlo.
Y ahora, viene la parte dura, ¿Cual es 'nuestro' gusto? ¿Compartimos uno común o cada uno quiere una cosa? Esto se pone tenso. Si seguís mis post de decoración, sabéis que yo soy de todo al blanco, por mi compraría un bote de 10kg (por decir algo) de pintura blanca, y a lo loco, techos y paredes, rápido y fácil, lo más eficaz para poder adaptar cualquier tipo de decoración y combinar los colores que quieras, cuando quieras. Además, aportan un plus de luminosidad y eso para mi es esencial. Pero... ahora llegan los peros, Rubén dice, "todo blanco NO!", así que, saca ahora tu los argumentos mas convincentes y vende tu idea lo mejor que puedas, porque yo, no valgo para eso.
Dicen por ahí de que ellos se despreocupan y que somos nosotras las que decidimos todos esos detalles, pues eso debe ser un mito de esos como el de que no caen dos rayos en un mismo sitio. Os lo aseguro, no os creáis nada.
Su propuesta, por lo menos para el salón, es apostar por el gris ¡Bueno bien!, me gusta, es uno de los neutros que me encajan, tenemos muchos detalles en ese color en casa, las mantas del sofá, cojines, elementos de decoración... El acuerdo ha sido que la pared donde va el mueble del salón sea en ese color y el resto en blanco, no lo veo mal, pero... ¿Creeis que combinará con la tonalidad del suelo y las puertas? ¡Da un poco de miedo! Si os fijáis en las fotos que he elegido de inspiración, casi siempre que se apuesta por las paredes grises es porque, muebles, marcos de puertas y zócalos son en blanco.
En la habitación que uso como despacho, ahí si que quiero apostar por ese gris sin dudar, los muebles son blancos y resaltarán muy bonitos si la pared principal lleva esa tonalidad. Además, como el suelo es de madera, no hay fallo. No voy a discutir el pasillo y el recibidor, tiene que ir blanco, si o si. Nuestra habitación, eso si que es misterio de difícil solución, a los dueños del piso no se les ocurrió una idea mejor que la de poner cortinas naranjas ¡como las odio!
Os iré contando en directo por Snapchat, haremos un tour y a ver que me aconsejáis. Espero que no se haya echo muy largo esto ¡Tenía que contarlo!
¡Nos vemos el lunes!
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