Revista Opinión

¿Cómo podemos aplicar el método Montessori en casa?

Publicado el 22 enero 2020 por Carlosgu82

El método Montessori no es una técnica que requiere de esfuerzos o estudios descomedidos, pero precisa de una dedicación cuantiosa de tiempo para comprender las enseñanzas y poder aplicarlas con los hijos en casa. Lo primero que se debe hacer es leer, estudiar, leer y estudiar. Luego de haber adquirido la teoría, se tiene que llevar a la práctica (real y subjetiva). Con esto me refiero a que cada casa es: una entidad única con una realidad específica en la cual no siempre será posible trasladar al pie de la letra todas las normas del método, principalmente en lo que respecta a los materiales; sin embargo, son una guía muy eficaz. Lo imprescindible es adecuar el sistema a cada realidad sin perder de vista el objetivo principal: guiar y estimular al niño a que desarrolle todo su potencial por sí mismo. El espacio del niño es muy importante, la interacción con su entorno es la base de su crecimiento. Se recomienda que la habitación sea lo más simple posible, limpia y ordenada, con pocos elementos acorde a la edad (juguetes y mobiliario); por ejemplo: en el caso de que se tenga estanterías, deberían estar a la altura del niño para que no necesitase de la mano de un adulto si deseara tomar algo. Los objetos con los que interactuase deberían ser didácticos y reales; esto es, si tiene como juguete una guitarra, la misma tendría que tener cuerdas reales, no dibujadas; así, el niño se irá interiorizando con un mundo real, a través de sus sentidos básicos, mas no quimérico. El cerebro de los más pequeños tiene una capacidad de absorción inimaginable. Durante el proceso, los padres pasan a ser los guías modelos, no deben olvidar jamás que son el ejemplo de sus hijos y que ellos incorporan lo que observan del ejemplo que les dan los adultos. En su acompañamiento, no deberían prestarle tanta atención a los materiales como al niño, sus reacciones y acciones al entorno. Ellos van conociendo el ambiente en su totalidad al explorar, al mirar, al tocar, al sentir, y a partir de ese intercambio crean patrones de conducta, aunque al principio sea de modo inconsciente; crean rutinas. Por eso, es fundamental la observación constante ya que les permitirá a los padres discernir cuándo el niño puede tener su propio espacio para desarrollarse en su individualidad. Es esencial brindarle al infante libertad, acompañándolo desde la observación, desde una previa estimulación y desde la completa fe en él; eso fomentará la confianza en sí mismo. Una libertad de elección, instruyendo que tienen control sobre sus decisiones, eso los hará conscientes de que son responsables por ellos mismos. Una libertad de expresión, aceptando y comprendiendo sus emociones, promoviendo su integración como aspectos comunes en la vida humana, eso los ayudará a ser tolerantes y comprensibles con ellos y con los demás. Por último pero no menos importante, los padres deberían enfocarse en impulsar el potencial único de sus hijos sin caer en el error de llenarse de expectativas basadas en otros niños con quienes se aplicó el método Montessori. Es sano y maravilloso conocer las capacidades, las curiosidades y los gustos del propio niño; solo así, su utilización proporcionará beneficios óptimos.

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