En alguna ocasión ya he dado mi opinión sobre el número de cuenta en las invitaciones de boda. Es lógico que se acabe dando por normal lo que se hace muy a menudo.
Pero eso no significa que sea lo más correcto. En definitiva, cuando ponemos el número de cuenta en la invitación de boda, estamos diciendo que ya tenemos el ajuar y no necesitamos nada, pero que el dinero nos ayudará a pagar los gastos bien del banquete, bien del viaje de luna de miel, o de algún objeto especialmente costoso para un sólo invitado.
Invitar significa que la persona que asiste lo hace en correspondencia a nuestra invitación y se da por hecho que no se paga nada, es decir, una invitación es para asistir gratis a la celebración. Así que, si nos invitan, no pagamos. Es una paradoja, ya lo sé. Nos entregan una invitación de boda y a cambio de asistir, hacemos un regalo, bien en especie bien en dinero. El matiz es que originalmente el motivo de esto, es que nos apetece contribuir al equipamiento que conlleva el montaje de una nueva casa. Pero como esto ya no se da, con el ingreso a lo que contribuimos es a pagar nuestro propio cubierto.
Esto significa que si ya es de dudosa elegancia poner el número de cuenta, especificar que es para el cubierto nos despeja rotundamente esa duda, por mucho que se sepa que se destinará a ese fin. No solo no es necesario sino absolutamente de mal gusto. Ponga usted el número de cuenta en la tarjeta a tal fin y confíe en que los importes ingresados serán suficientes para financiar el banquete. Y si no es suficiente, es un riesgo que tiene que asumir si quiere celebrarlo a pesar de no disponer del importe total del coste.
Y si no puede arriesgarse, no haga banquete y cásese en la intimidad limitándose a una comida familiar.
Volviendo sobre dónde debe ponerse el número de cuenta, debe ser siempre en tarjeta a parte, más pequeña pero de la misma calidad que la invitación, y en ningún caso la que proporciona la entidad bancaria con su logotipo y publicidad (si el banco quiere tener un detalle con nosotros que nos pague las tarjetas que nosotros elegimos, no la que él quiere encima de que se beneficia de las operaciones de nuestra cuenta corriente motivadas por la boda). Esta tarjeta sólo llevará el número de cuenta y el nombre de los novios.