Nos podemos dedicar a leer todo tipo de artículos escritos por los mejores expertos en marketing del mundo. Podemos comparar y discutir con otros cuáles son las mejores estrategias de marketing, asistir a seminarios, charlas y encuentros sobre el mundo del Social Media y hasta tener en la mente miles de ideas sobre cómo llevar un negocio hasta un nuevo nivel. Pero si no se toman medidas concretas, las ideas, pensamientos y consejos no dejarán de quedarse en eso, en conceptos que tenemos en la mente pero que no nos llevan a ninguna parte.
Es relativamente sencillo aparcar todas esas grandes ideas esperando tener un momento de tranquilidad para ponerlas en marcha. Pero sabemos que ese momento no llegará nunca a menos que no nos lo propongamos, que le apartemos tiempo a lo largo del día para hacerlo sin importar si se trata de un cuarto de hora o de más tiempo. De otro modo podríamos pasarnos meses y encontrarnos con que empieza un nuevo año y todavía estamos tratando de poner en marcha los proyectos del año pasado.
Para evitar llegar a estos extremos, hemos elaborado una lista con consejos prácticos que nos permitirán dar pasos adelante en nuestro plan de marketing, en lugar de ver como nos quedamos atrás.
Lo primero: hacerlo
No vale con pensar grandes ideas ni desarrollar en la mente un plan de marketing, hay que tomar acción. Es posible que haya que tomar medidas drásticas, como apagar el móvil, cerrar la puerta del despacho para que no entre nadie, sentarse en la silla y poner las ideas a funcionar de verdad. Si no podemos dedicarle tiempo durante nuestra jornada porque no tenemos momentos en los que desconectar, tal vez tengamos que levantarnos más temprano y dedicar esos 15, 30 o 45 minutos que tenemos para remolonear un poco más en la cama a organizar de verdad todas las tareas y tener las ideas muy claras.
El método Snowball
El método Snowball, o bola de nieve si lo traducimos, es una técnica de economía para pagar deudas que nos puede resultar sumamente útil a la hora de poner en marcha un plan de marketing. Consiste en hacer una lista con todas las cosas que se quieren hacer (en el método original son las deudas), y empezar con aquellas que son más pequeñas y fáciles de conseguir o que llevan menos tiempo. De este modo se puede ver cómo se avanza, lo que hace que sintamos ganas de dar un paso más y seguir haciendo otra cosas de la lista, y otra, y otra hasta que la lista se ha terminado y hemos conseguido todo lo que teníamos pensado poner en marcha.
Prioridades
Si llevamos meses con una misma lista de tareas pendientes y no nos ha sucedido nada demasiado negativo, como que se haya hundido la empresa, por no haberlas atendido, es evidente que no se trata de nada importante. Por lo tanto podemos sacar estas cosas de nuestra lista y centrarnos en aquellas labores que sean más urgentes.
A menudo evaluar las prioridades es un modo de eliminar el bloqueo que nos impide avanzar. Hay que saber diferenciar entre lo importante y lo urgente, y dejar a un lado lo que no es ni lo uno ni lo otro para poder encauzar el plan en la dirección adecuada.
Delegar en otros
El hecho de que las ideas que nos vienen a la mente sean muy buenas y se nos hayan ocurrido a nosotros no nos obliga a ser quienes las pongamos en marcha. Seguro que contamos con un equipo de confianza en quien dejar algunas de ellas para que vean la luz. De este modo no solo conseguiremos que nuestro plan de marketing avance, sino que generaremos entre nuestros empleados un buen ambiente de colaboración.
En el caso de no tener un equipo en el que depositar estas ideas, o que no haya nadie que pueda hacerlo porque todos estén igual de ocupados, podemos subcontratar trabajos a una empresa externa o un tercero que se encargue de las tareas más mecánicas del plan. Por ejemplo, la elaboración de un nuevo logotipo o imagen de marca se puede dejar en manos de un estudio de diseño, mientras el resto de nuestro equipo se pone en marcha con las labores más concretas del plan, como el desarrollo de la campaña, el lanzamiento de un producto o el análisis de los grupos hacia los que se quiere llegar.
Automatizar trabajos
Hay labores rutinarias que se pueden poner en modo automático, como el reenvío de correos electrónicos o la elaboración de campañas masivas.
Para hacerlo podemos valernos de herramientas que nos permiten aligerar la carga de trabajo y optimizar los recursos. Una de las que nosotros recomendamos es E-goi, que además nos ofrece informes detallados sobre el rendimiento de una acción para hacer los ajustes necesarios.
El éxito en un plan de marketing
El éxito en un plan de marketing se mide por los resultados, y estos nunca llegarán si no se ponen en orden todas las ideas y se planifican con antelación los pasos que se van a dar. Tener todos los días unos minutos para poner nuestras ideas en orden y organizar las labores que se tienen que atender nos permitirá avanzar a un ritmo constante y ascendente.