Arrancó febrero y crece entre las pymes la esperanza y expectativa de que se reactive el movimiento comercial. Y aparece la gran pregunta. ¿Qué podemos hacer mientras tanto? Si usted piensa que quedarse de brazos cruzados mirando la situación, ¡no es una opción! Lo invito a desafiar paradigmas para estar preparados a accionar inmediatamente. Todos sabemos que los números macro del país no son optimistas, pero en la micro, trincheras adentro en el día a día, tenemos que seguir adelante sin desmotivarnos. ¿Pero cómo podemos hacerlo sin dejarnos llevar por el desánimo cuando las obligaciones y las presiones nos dejan sin aire?
Primero y antes que nada, es importante que esté instaurado en su Pyme un nivel de compromiso y responsabilidad en cada uno de sus integrantes. Donde todos vean que son parte de un mismo barco porque los intereses individuales son enemigos del resultado conjunto de la empresa.
¿Pero cómo podemos lograrlo? Sabiendo que las personas son diferentes, que la comunicación entre los perfiles de personalidad afloran los egos individuales que se defienden por miedo e inseguridad y que la gran perjudicada siempre es, lamentablemente, la empresa. Trabajando en un ambiente cálido con relaciones humanas cordiales y de colaboración conjunta, porque la energía debe estar focalizada en pensar ideas creativas para ser más eficiente y generar mejores resultados. A continuación, detallo algunas acciones que han generado excelentes resultados en diversas empresas para este y otros problemas.
Definir y comunicar la estrategia empresarial anual, donde estén alineados los objetivos comerciales, financieros, productivos y logísticos. Todos los integrantes deben estar enterados del rumbo conjunto. Este suele ser uno de los problemas principales y muchas veces se definen objetivos productivos y comerciales, pero no se tiene en cuenta el aspecto financiero que tiene actualmente un peso muy grande, y el logístico que repercute en faltas de cumplimiento o incrementos de costos por improvisación en la solución.
Establecer objetivos cuantitativos y cualitativos cruzados entre áreas, que estén alineados con la estrategia principal corporativa. Para citar algunos ejemplos. En el área comercial, además del objetivo de ventas, incorporar las cobranzas de las mismas. Ya que una venta no cobrada deja de ser una ganancia para transformarse en una pérdida. En el área financiera, además de los créditos otorgados a los clientes, incorporar escalas monetarias con porcentajes de ventas no concretadas por razones de limitación financiera. Y sugerencias de soluciones de cada integrante para poder flexibilizar lo que sea posible, teniendo presente el riesgo de incobrabilidad.
Que estos objetivos cruzados impacten en la variable del sueldo de cada empleado. Si bien al principio este aspecto no cae en gracia, genera un compromiso de trabajo conjunto, que mejora la eficiencia en la comunicación, los resultados económicos y financieros reales de las pymes. Resulta fundamental la manera de comunicarlo adecuadamente, para que los integrantes comprendan que es lo mejor para todos, debido a que permite que se desarrolle el sentido de pertenencia, su continuidad y desarrollo futuro, porque el crecimiento individual está asociado con el de la compañía.
Tener claros los procesos y manuales de procedimiento de la empresa, para que quede claro donde comienza y termina la responsabilidad de cada uno, Poniendo especial atención en la comunicación y resultados de un área, que son la materia prima o input de la otra. Esto permite tomar conciencia de la importancia y cómo repercute en el resultado final e imagen corporativa.
Efectuar una encuesta a clientes y proveedores solicitando su opinión en aspectos claves, que permitan retroalimentar que necesita mejorar la Pyme en los procesos para que sean efectivos y eficientes.
Que cada empleado lleve un registro de mejoras: con los aspectos y acciones que permitan mejorar tiempos y costos en su trabajo, y sugerencias de lo que pueden aportar los demás miembros para que ello suceda. El mismo se entregará mensualmente al responsable del área correspondiente, para que evalúe la viabilidad de instrumentación. Esta acción tan simple, ha permitido mejorar demoras importantes en circuitos productivos y comerciales, que básicamente se debían a inconvenientes de comunicación o puja de intereses individuales.
Con la frecuencia que desee (mensual o bimestral) se compartirán entre los responsables de las áreas las sugerencias de mejora de cada una y entre ellas, validando las que quedarán instauradas y serán incorporadas como mejoras. Siendo importante comunicarlo y valorar la participación para que siga sucediendo, "una mejora continua". Porque, como decía Aristóteles, "el todo es más que la suma de las partes".
Fuente: https://www.eleconomista.com.ar/2019-02-como-potenciar-sus-recursos-empresariales/