Es importante dejar de lado una vida sedentaria y practicar deporte con frecuencia durante todas las semanas del año. Los riesgos siempre están presentes, por lo que es necesario mantener una serie de precauciones para que la salud no sufra ningún tipo de daño. A la hora de practicar deporte en verano hay que extremar las precauciones, simplemente porque el factor de riesgo se incrementa notablemente debido a la fuerza de los rayos de sol y las altas temperaturas.
En primer lugar hay que tener claro que no se debe realizar ninguna actividad deportiva en las horas centrales del día. Es habitual ver personas corriendo por el parque o paseo marítimo sin darse cuenta del daño que pueden provocar en sus organismos. Con ello sólo se consigue tener más probabilidades de sufrir un golpe de calor, deshidratación corporal o tener cualquier problema cardiovascular. No todos tenemos las mismas horas libres al día, pero en ese momento de tanta intensidad solar lo mejor es descansar en un lugar fresco. Todos queremos mantenernos en forma en verano, pero hay que tomar precauciones y ser muy conscientes de los peligros que existen si no lo hacemos correctamente.
Como en cualquier otra estación del año, a la hora de la práctica deportiva debe mantenerse controlada la hidratación del cuerpo. La cuestión radica que en verano se suda más, la temperatura es mayor y se expulsa más líquidos hacia el exterior, por lo tanto hay que beber de forma constante y tener siempre una botella de agua a mano. Después de hacer deporte en verano es aconsejable beber bebidas isotónicas para retardar la pérdida de líquidos así como recuperar las sales minerales perdidas durante el ejercicio.
Un elemento que suele pasar desapercibido es la protección de la piel ante el sol. Se tiene por costumbre hacerlo cuando son exposiciones prolongadas, como pasear o ir a la playa. Practicar deporte en verano al aire libre implica que los rayos de sol están impactando en el cuerpo por lo que no debe olvidarse nunca el uso de una crema que evite las quemaduras. La cabeza debe estar protegida con una gorra y los ojos con gafas de sol. Al terminar, después de la ducha, siempre aplicar un producto hidratante que refresque y regenere bien el tejido.