A partir de los seis meses de edad es cuando el bebé empezará a incorporar a su alimentación las papillas, más allá de la leche, por lo que es el momento en que los padres empiecen a preparar las papillas del bebé, especialmente lo más sanas posible. Si consultas con el médico, te puede indicar mejor qué es lo que mejor le viene al bebé según sus características y necesidades.
Las papillas caseras más habituales y sanas son las de frutas y verduras, como zanahoria, plátano o patata. Para elaborarlas, se cuecen los vegetales y se hierven, se controla la sal sólo si es necesaria. Una vez hecho esto, se deja que enfríen. Después se tienen que pisar con cuidado para que se pueda incorporar a la alimentación y se digieran, sin ser muy líquidas ni tampoco duras.
Para preparar una papilla de vegetales tan sólo hay que elegir el vegetal, cortarlo en cubos, se cocen en agua hirviendo hasta que queden blandos pero no muy blandos, aunque también se pueden cocer al vapor para dar un nuevo sabor. Con el paso del tiempo, siempre que lo indique el médico, se deben incorporar otros alimentos a la alimentación. Para preparar se pasa por un triturador con algo de sal, si se puede, y mantequilla.
Otra papilla puede ser con zanahoria, judías, verdes, patada y muslo de pollo, se hierve bien hasta cocer y se tritura con la batidora posteriormente.
Para un bebé de a partir de 4 meses se puede hacer una preparación con zanahoria, patata, calabacín, guisantes, aceite de oliva y sal. Se preparan los ingredientes lavando, pelando y cociendo. Se sacan y se licuan hasta tener una mezcla uniforme.
Existen muchas recetas de papillas para bebés, cada una de ellas con sus peculiaridades, por lo que tan sólo hay que hacer caso a las recetas y mostrar cariño en la preparación.
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