Revista En Femenino

¿Cómo prevenir accidentes en el agua?

Por Mamikanguro @MamiKanguro

Si bien es una fuente de placer, las piletas, ríos y mares presentan un peligro potencial para los que no están duchos en la natación. Las estadísticas revelan que los niños y adolescentes son quienes más se lastiman. ¿Cómo evitar un mal rato?

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Con el verano, el agua pasa a ser uno de los escenarios cotidianos de la vida. Una pelopincho, una pileta de natación, el río o el mar son opciones que refrescan y divierten. Pero no por negativos, sino por precavidos, siempre hay que pensar que esos lugares de placer son riesgosos para quienes no se mueven como peces por el agua.

Las estadísticas mundiales muestran que los dos grupos etarios con mayor incidencia de accidentes serios en el agua son los preescolares y los adolescentes.

Enseñar a nadar a los niños es muy importante. La edad de inicio recomendada es a partir de los cuatro años. No obstante, que sepan nadar no garantiza seguridad absoluta a la hora de hacer uso del agua. Por ello los pequeños deben tener supervisión adulta siempre que estén en el agua o cerca de ella, no importa su edad y el hecho que sepan nadar.

Para prevenir accidentes, la doctora Graciela Damilano del Departamento de Pediatría del CEMIC realizó una lista de recomendaciones para el uso seguro del agua en piletas y fuentes de aguas naturales:

Los niños deben tener supervisión visual constante. El adulto responsable de dicha supervisión debería saber nadar, conocer los pasos básicos de reanimación cardiopulmonar (RCP) y la forma de conseguir rápidamente ayuda de emergencia.

Enseñar a los niños reglas de seguridad y reforzarles cada vez que vayan al agua los siguientes ítems:

  • Avisar a un adulto que entratá al agua.
  • No correr.
  • No empujar a otros al agua.
  • No nadar durante tormentas o relámpagos.
  •  No sumergirse o bucear, excepto cuando está permitido y supervisado por un adulto.
  • No jugar en el borde de la pileta.
  • Las piletas deben estar totalmente cercadas (360º). Los cercos deben tener no menos de 1.50 m de alto, y los barrotes que lo forman tendrán que estar separados por una distancia no mayor a 10 cm, entre ellos y con la pared, para evitar que el niño pueda pasar por ese espacio. Las puertas de acceso deben tener picaportes de autocerrado colocados a una altura que no puedan ser alcanzados por los niños. La llave debe ser guardada en un lugar seguro, fuera del alcance de los menores. Debe haber salvavidas de arrastre disponibles y un teléfono cercano con los números de emergencias. El agua de la pileta debe estar siempre limpia y clara.
  • Enseñar a los niños a no usar juguetes inflables y colchonetas de agua como salvavidas. Ellos pueden desinflarse y el niño hundirse.
  • Enseñe a los niños a pedir auxilio en caso de que vean a alguien con dificultades en el agua. No deben ingresar a ésta, pero pueden arrojar un elemento de flotación al accidentado e inmediatamente pedir socorro efectivo.
  • Testear la temperatura del agua antes de permitir que los niños entren al agua; las aguas muy frías pueden causar calambres y problemas serios en la respiración.
  • Recordar: cuando un niño desaparece de la vista de sus cuidadores, buscar siempre primero en las fuentes de agua (piletas, pozos, etc.), y asegurarse de que no esté allí. Controlar el fondo. Cada segundo es de vital importancia para la recuperación de un ahogado.
  • Los niños con discapacidad tienen un riesgo cuatro veces mayor de sufrir ahogamientos. Intensificar la supervisión.
  • Los adolescentes son un grupo de riesgo especial debido a las características propias de su edad. A ellos es importante enseñarles que: No deben realizar “clavados” sin asegurarse que la profundidad del agua sea la adecuada.
  • No deben intentar rescatar físicamente a alguien a no ser que hayan sido entrenados para ello.
  • Nunca deben nadar en corrientes de agua sin conocer perfectamente el lugar. En fuentes de agua naturales (mar, ríos, arroyos, etc.) deben respetar las órdenes de precaución o de prohibición de baño.
  • No deben tomar alcohol antes de nadar.
  • Hablar con el pediatra sobre prevención de accidentes en el agua y los riesgos especiales en relación con la edad y el lugar donde los niños viven y juegan.

Fuente: ahguapas

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