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La explosión ocurrida en la mañana del viernes 22 de julio en el edificio Caicobe, ubicado en el barrio de Villa Biarritz de Montevideo, copó los titulares de diarios, noticieros y portales uruguayos. Lo primero que se supo sobre este siniestro fue que hubo una pérdida de gas por cañería que provocó una acumulación de gas importante en un espacio eventualmente semicerrado.
Esa acumulación en contacto con oxígeno propició lo que en términos técnicos se denomina “atmósfera explosiva”, que ante el estímulo de una chispa (como pudo ser un encendido de luz o la activación del ascensor) derivó en una explosión que dejó una persona fallecida, varios heridos y viviendas destrozadas, no solo en el perímetro inmediato sino en varios edificios lindantes y en muchos otros como consecuencia de la onda expansiva.
Entre las varias reflexiones que despertó el accidente, una de las más discutidas fue si se podría haber evitado. ¿Qué hubiera pasado si el edificio contara con detectores de gas? ¿Se hubiese podido identificar esta supuesta fuga en una inspección de cañerías? ¿Quién se hace cargo del mantenimiento preventivo que requieren las estructuras edilicias cuando “envejecen”?
Según el arquitecto Alberto Leira, de la Sociedad Uruguaya de Arquitectos, el hecho ocurrido abre paso a la discusión de un tema complejo que implica varias perspectivas. Nadie duda que, a medida que el tiempo pasa, las edificaciones requieren cierto mantenimiento que justamente evitaría ciertos accidentes. Sin embargo, estas inversiones muchas veces no se llevan a cabo por una cuestión económica, de trámites públicos y habilitaciones engorrosas. La alarma social se despierta cuando ocurren incidentes como el de Villa Biarritz, dejando en evidencia que hay que prevenir mucho más en materia edilicia.
Para Leira también se manifiesta la necesidad de que las construcciones incluyan ciertas instalaciones generales como detectores de incendio y fuga de gas que podrían prevenir siniestros de estas características. Su colega, Osvaldo Otero, también integrante de la misma sociedad, entiende que este episodio demuestra que hay que revisar la normativa vigente, que no incluye la obligación de incluir detectores de humo y gas en viviendas y áreas comunes de edificios (por norma solo son exigidos en salas de calderas con cierta potencia). “En general, los detectores están concentrados en los sitios donde ingresa el gas al edificio, en un sótano o subsuelo, próximos a las calderas. Pero, luego, las cañerías recorren todo el edificio”, dijo a Ministerio de Diseño. Según ambos arquitectos, incorporar estos detectores es una inversión que permitiría mejorar notoriamente las condiciones de seguridad edilicia. “Hoy a nadie se le ocurriría comprar un auto sin airbag”, reflexiona Otero.
La Sociedad Uruguaya de Arquitectos se pondrá a disposición de Bomberos para trabajar activamente en la prevención y detección de incendios. “Son ellos quienes tienen las potestades legales para establecer cambios en la normativa”, asegura Otero, reiterando la urgencia de una actualización. A su vez, un punto no menor es que desde la asociación se cuestiona que la mayoría de las veces Bomberos no emite comunicados internos de siniestros, luego de los peritajes, por lo que se vuelve difícil analizar el problema y proponer correcciones. (Toda normativa está hecha a base de errores y horrores, son dinámicas y se corrigen según experiencias previas).
En toda esta cuestión parece ser un denominador común la omisión de ciertos aspectos en un amplio conjunto de normativas que, o están desactualizadas o bien no contemplan factores que favorecerían la prevención o al menos la magnitud del impacto que se genera ante este tipo de accidentes. Por ejemplo, llamó la atención la cantidad de vidrios rotos de viviendas, comercios y vehículos en alrededores. ¿Se podría haber evitado que estallen esa cantidad de cristales? Existe un grupo de normas y reglamentaciones regionales referentes al vidrio de seguridad en la construcción. En nuestro país la entidad encargada de nuclear estos aspectos es la Cámara Uruguaya de Vidrios, Planos y Anexos (CAVIPA) que tiene como principales cometidos la promoción y el impulso del consumo del vidrio, así como el desarrollo normativo para asegurar su uso más eficiente y seguro.
Yoselin Bia, directora de la compañía Bia, explica que muchos países de la región como Argentina, Paraguay, Ecuador y Perú, cuentan con un marco jurídico para este tema. Sin embargo, en Uruguay las normas técnicas sobre el uso de vidrios “son de carácter voluntario”. “Es relevante contar con una reglamentación y/o legislación que regule un aspecto tan fundamental en las construcciones. Desde 2016, la Cámara de Vidrio ha tenido distintas instancias con la Intendencia de Montevideo, hasta el momento sin resultados”, afirma.
En 2019, el Instituto Uruguayo de Normas Técnicas (UNIT) junto con CAVIPA crearon un Comité Especializado de Vidrio para la Construcción, integrado por técnicos pertenecientes a organismos nacionales, departamentales, universidades y agremiaciones. “El trabajo concluyó con la aprobación final y la publicación de 11 normas. Al día de hoy solamente el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, que participó de las actividades del comité, incluye las normas de referencia en sus recomendaciones generales o llamados a licitación”, comenta Bia. También refiere a que desde la cámara se han ofrecido capacitaciones a distintas intendencias para que se considere incluir las recomendaciones en las ordenanzas departamentales.
Lo que se sabe hasta ahora
Según informó la Dirección Nacional de Bomberos, las pericias para determinar qué originó la explosión ocurrida aquel viernes comenzaron al día siguiente y se espera un informe oficial en el correr de los primeros días de agosto. En principio, las distintas hipótesis confluyen en que el origen de la explosión tuvo lugar en la cocina del apartamento del piso tres. El peritaje también brindará información sobre en qué lugares se acumuló el gas y qué fue lo que dio la energía de activación para la combustión instantánea.
El director nacional de Bomberos, Ricardo Riaño, aseguró en el informativo de Canal 10 que existió una fuga de gas abundante y concentrada en más de un ambiente. Esto, aparentemente, derivo en varias explosiones encadenadas que propiciaron ondas expansivas que explican el gran daño estructural, no solo del edificio sino en construcciones vecinas.
En una primera instancia se cree que la concentración de gas no fue suficiente como para generar una intoxicación, pero sí necesaria para que, al mezclarse con oxígeno, cualquier fuente mínima de ignición pueda derivar en estas consecuencias. Cuando la pérdida de gas se expande a lo largo del tiempo en una atmósfera cercana, esta se vuelve inflamable y cualquier chispa resulta desencadenante. La explosión se generó de adentro hacia afuera: en el interior hubo una sobrepresión con respecto a la presión atmosférica y por ello explotaron tantos vidrios.
Durante este proceso de peritaje, Bomberos tomó testimonio a residentes del edificio y trabajó en conjunto con la compañía encargada del gas, Montevideo Gas, para identificar el epicentro que causó el siniestro. La encargada de Comunicación de la compañía, Patricia Schroeder, dijo a Ministerio de Diseño que, por el momento, no están en condiciones de “dar información ampliatoria con relación al incidente, ya que la Dirección Nacional de Bomberos está llevando adelante la investigación”.
Mientras tanto, Montevideo Gas emitió un comunicado en el que expresó dos reflexiones: 1) Todas las fuentes de energía requieren un cuidado en relación a su correcta y segura utilización, 2) En nuestro país existen regulaciones y normas de seguridad para garantizar que el gas natural sea una fuente de energía segura cuando se instala y utiliza bajo estas normas.
¿Qué cubre la aseguradora en caso de explosión?
Según el corredor de seguros Alfredo Viglietti, las copropiedades están obligadas a contratar una póliza por ley. Sin embargo, el mínimo exigido es el 20% del valor de catastro, lo que “no necesariamente incluye una cobertura suficiente” en daños como los causados en el edificio Caicobe. Además, cada residente tiene la posibilidad de asegurar su apartamento con un seguro individual.
Por lo general, los edificios cuentan con seguros colectivos de multicobertura (que incluye daños por incendio, explosión, impacto de aeronave, inundación, etc.). Esto supone el respaldo de daños estructurales (paredes, techos, instalaciones), pero no de contenidos (mobiliario, pertenencias personales). El valor a cubrir dependerá del costo de la póliza contratada.
En el caso de la explosión en Villa Biarritz también se vieron afectados vecinos de viviendas de alrededores. Sin embargo, a no ser que el edificio donde ocurrió el siniestro cuente con una cobertura de responsabilidad civil, no es competencia de su aseguradora responder por los daños ocasionados fuera de esa construcción.
Donde todo comienza
Para acceder a gas natural el cliente debe proceder a una serie de pasos. En su página web, Montevideo Gas detalla que la empresa “vela por el cumplimiento estricto de la norma de seguridad específica (UNIT 1005) y para eso envía inspecciones previas a la instalación del medidor”.
Si el domicilio ya cuenta con una cañería interna, el inspector verificará la total estanqueidad de la cañería y la presencia de las ventilaciones que correspondan. Si por el contrario se está en la etapa de construir una cañería nueva, se practica una doble inspección: la primera durante la ejecución de los trabajos (con las cañerías a la vista, previamente a ser enterradas o empotradas) y la última cuando el instalador matriculado declara tener apta la instalación para recibir el gas natural.
Citando a Montevideo Gas, la instalación interna comprende:
_Las cañerías instaladas aguas abajo del medidor de gas.
_Los gasodomésticos.
_De ser necesarias, las ventilaciones, es decir, los orificios para el ingreso de aire fresco y la evacuación de los gases generados en la combustión (quema) del gas natural.
“La instalación interna es de propiedad y por lo tanto de responsabilidad de cada cliente”, se especifica. También lo es el mantenimiento de la cañería interna.
Prevenir para no curar
El instalador de gas autorizado Edgardo Petkoff explica que para realizar una instalación de gas o mantenimiento se debe contar con una habilitación otorgada por el Ministerio de Industria, Energía y Minería, de manera que se garantice el cumplimiento de las normativas de seguridad. La norma UNIT 1005:2010 es aquella que nuclea todas las pautas y reglas vinculadas a instalaciones de gases combustibles por cañerías.
Dentro de estas normas, la ventilación es fundamental: todos los aparatos (cocina, estufas, calentadores) deben tener sus ventilaciones correspondientes, inferior y superior, para que haya renovación de aire y, en caso de alguna fuga, el gas se vaya hacia el exterior. La comercialización en supermercados de ciertos productos, como calentadores de gas tiro natural, supone para Petkoff una problemática, ya que “estos aparatos no traen chimenea ni un manual que indique su instalación en lugares apropiados, fuera de espacios como baños o dormitorios” para que consuma oxígeno del exterior y expulse los gases quemados también al exterior.
Por otro lado, el técnico indica que todo material tiene su vencimiento. Según las normativas vigentes, cada tanto tiempo hay que hacer una revisión general. La persona idónea en la técnica para manipular combustibles gaseosos tiene que estar al día con las normas, revisar si hay ventilaciones adecuadas, supervisar el equipo, evaluar las llaves de paso y si están homologadas, determinar si hay pérdida de gas, revisar si hay sensores, entre otros aspectos.
Petkoff coincide con Alberto Leira y Osvaldo Otero en que este tipo de accidentes es prevenible pero que existe una falta de consciencia a nivel colectivo.
Buenas prácticas para el uso de gas natural
En el comunicado emitido por Montevideo Gas ante el accidente en cuestión, la empresa detalla cuáles son las buenas prácticas para el uso de gas natural, que colaborarían a evitar este tipo de accidentes como el ocurrido en Villa Biarritz:
_Revisar y mantener todos los equipos a gas, así como las instalaciones internas. Esta inspección debe ser con un instalador matriculado y la frecuencia sugerida es anual.
_Revisar y mantener limpios los ductos de ventilación y evacuación, ya que la chimenea de salida de los gases de combustión es fundamental para el buen funcionamiento de los equipos.
_Si se realizan cerramientos en balcones o terrazas, abrir rejillas de ventilación. En el caso de que haya chimeneas en el balcón o terraza a cerrar, tener la precaución de sacar al exterior del cerramiento dichas chimeneas.
_Para reparar, instalar o modificar equipos y/o la instalación a gas, solicitar siempre la atención de instaladores matriculados.
_Si va a ausentarse varios días del hogar, cerrar todas las llaves de paso de gas de uso doméstico.
_No dejar la cocina o la estufa prendida si se ausenta del hogar, aunque sea por unos pocos minutos.
_No dejar que líquidos hirviendo se derramen apagando la llama de la hornalla.
Según la empresa, las fugas de gas son poco frecuentes y al gas natural se le agrega olor artificialmente a efectos de que pueda ser detectado a tiempo.
En caso de sentir olor a gas:
_Llamar al servicio de emergencia (2901 9090) que funciona las 24 horas del día durante los 365 días del año. Cuando la magnitud de la pérdida lo requiera deberá avisarse a Bomberos y Policía.
_ Demarcar el área en un radio de 15 metros del escape y controlar la situación hasta el arribo del personal encargado de la verificación o de la reparación.
_Se deben abrir puertas y ventanas para permitir ventilación, cerrar la llave general de paso que se encuentra junto al medidor de gas, cerrar la llave de paso de los gasodomésticos.
_No encender interruptores ni aparatos eléctricos, no fumar, no utilizar ascensores, no encender fósforos ni velas, no utilizar el teléfono celular dentro de la casa.
Dentro de las recomendaciones ningún punto hace alusión a la instalación de detectores de humo y/o gas.
Sobre los detectores de gas
En el mercado uruguayo hay una gran variedad de sensores de uso residencial para detección térmica, de humo y de gases. El ingeniero Rafael Hernández, a cargo del Departamento Técnico de la empresa mayorista Security Market, explica que los precios oscilan en un rango muy amplio y que la inversión dependerá de la calidad de los productos, la cantidad a instalar y el tipo de instalación. “Los elementos que se deseen instalar deben estar homologados a nivel internacional por ciertas normas como la NFAP y por la Dirección Nacional de Bomberos”, dice el experto.
Algunas de las marcas que comercializa la compañía son Honeywell (una de las más renombradas en el mundo), Mircom y Bosch. A nivel general, estos sensores funcionan mediante fotocélulas electrosensibles que, al determinar cierta cantidad de partículas por millón, generan una respuesta. Su función principal es alertar a través de una notificación sonora y/o lumínica. Algunas centrales cuentan con una app y se pueden supervisar desde un celular que recibe notificaciones cuando se detecta una alarma.
Cuántos sensores se necesitan y dónde colocarlos son dos de las preguntas más frecuentes y difíciles de responder. La ubicación de los sensores dependerá de lo que se quiera detectar (para gas por cañería existen sensores de presión). Siempre deben colocarse en espacios cerrados, distribuidos según un técnico con conocimientos especializados en dispersión de gases y funcionamiento de los equipos implicados.
Lo ideal es instalar un detector en cada habitación que contenga un aparato de combustión, pero si el numero de unidades es limitado deben priorizarse habitaciones donde duermen personas, espacios con poca o nula ventilación y ambientes de uso frecuente.
Foto: El País / El Observador / Montevideo Portal / La Diaria / Teledoce
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