Como estudiante universitario no veía mucho la tele. Unas veces porque no me gusta, otras porque no tenía tiempo, otras porque no tenía TDT... Aún así, las noticias intentaba verlas, por saber qué pasa en el mundo y esas cosas...
Telemadrid era un caso particular, conocida popularmente como "teleEspe" (en honor a la que por aquel entonces era presidenta de la Comunidad de Madrid, la del tamaya... quiero decir, la de fundesc... quiero decir, Esperanza Aguirre) y tenían razones. Si hubiera sido comunista probablemente habrían cambiado el logo por un martillo y una hoz...
Mi referencia era la autonómica andaluza, Canal Sur, y más allá de ser reprochable su público objetivo (personas mayores), las noticias eran bastante mejores. No perfectas, pero sí mejores. En este sentido, la comparación era inevitable más allá de mi presunta ideología, y mi conclusión siempre fue que los madrileños que veían Telemadrid no podían estar bien informados en el ámbito local y regional sólo por la televisión.
En noviembre de 2012, anunciaron que iban a despedir al 80% de la plantilla, 925 trabajadores. En su día no le presté mucha atención porque estaba realmente enfadado. Al igual que los diputados que no denuncian la corrupción jurídicamente o públicamente con una cacerola en el Congreso, pensaba que los periodistas también eran cómplices de tal desinformación, al menos los que no eran tertulianos.
Tuve la oportunidad de conocer a uno de ellos antes de todo esto y me comentó que no estaba contento con cómo iban las cosas. Gracias a él me he podido seguir informando y ahora (espero que no demasiado tarde), comparto con vosotros el anterior vídeo y una carta de una trabajadora de TeleMadrid, aunque han hecho de todo:
– 27 noviembre, 2012- Publicado en: Noticias
"Nos vamos 925 a la puta calle. Se quedan los jefes, los políticamente afines, cobrando lo mismo. “No se puede mantener una televisión pública deficitaria” dicen. Bien, no la mantengas entonces, no mantengas unos jefes y una mínima redacción para (textual) “controlar los contenidos”.
Ninguno de los 925 que nos vamos a la calle hemos tomado decisiones económicas ni hemos gestionado el presupuesto ni el endeudamiento. No somos los primeros, ni por desgracia seremos los últimos, en ser despedidos en este país que se va a la mierda poco a poco. Eso está claro. Y quiero agradecer el apoyo de amigos que fueron compañeros, que sufrieron despidos injustos hace tiempo y no tuvieron por nuestra parte todo el apoyo que merecían. Desde aquí les pido perdón.
Esto es la traca final de un derribo que comenzó hace años. Un hundimiento moral y económico que no tiene perdón. Al menos quiero que sepáis lo que han hecho y hacen con un dinero que procede de todos y cada uno de vosotros. Dilapidar, malversar, ceder a amigos, pagar favores…
No quiero irme, no, pero sobre todo no quiero que los responsables de este desastre (como ha sucedido en desastres parecidos, llámalo Bankia o el que prefieras) se vayan como si no pasara nada. Se vayan a ocupar otro alto cargo pagado por todos, se vayan como si la culpa de este déficit fuera del técnico que cobra la quinta parte que ellos y se limita a hacer su trabajo. Es eso, sobre todo eso, lo que no puedo soportar.
Sé que ya no ves Telemadrid, que ni siquiera la tienes sintonizada, que te da lo mismo si existe o desaparece. Sé que 925 a lo mejor no son tantos comparados con los miles y millones que ya han perdido su empleo a pesar de hacer todo bien. No somos médicos, no somos imprescindibles, pero somos muchas personas que juntas han intentado informaros y entreteneros durante más de 20 años.
Yo no estuve en Espronceda, no llevo aquí desde que empezó esta tele. No viví como trabajadora la época en la que Telemadrid era la favorita de los madrileños. Pero como espectadora sí lo recuerdo, cuando era la cadena que veía todo el mundo, la que sabías que te contaría en directo todo, insisto, TODO, lo que pasara. Hoy he visto de cerca las caras de compañeros que ya estaban entonces. Trabajadores que vieron nacer y crecer esta televisión. Trabajadores que, a pesar de seguir trabajando como el primer día, están viendo morir a Telemadrid y con ella buena parte del pasado de cada uno, de su presente y de su futuro
Puedes seguir manteniéndote al margen de todo esto o puedes reaccionar… Reacciona ante motivos personales o emocionales. Reacciona frente a motivos económicos. Cada cual es libre de decidir qué le duele más. Pero esta tele es tuya, tuya y de todos los madrileños… Y se está muriendo.."
Madrid no ha sido un lugar de buenas noticias últimamente, al menos en el plano político: Madrid Arena, privatización de hospitales, deudas con las universidades públicas y otras instituciones educativas, Telemadrid... y hasta una más que probable privatización del Canal Isabel II, la empresa pública encargada de la gestión del agua (de lo mejor de la capital) son algunos temas que no se emitirán en las pantallas de televisión del metro.
Es una pena que uno deje de ver la televisión por no enterarse de las malas noticias, por no enfadarse... pero cuando le enseñan un jardín y respira un sospechoso olor a desagüe, no siempre es culpa de los periodistas que redactan las noticias, sino del gatekeeper que decide qué se emite y qué no... que por desgracia, en este país, no es tan improbable que esté alineado políticamente.
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