Hace pocos días, Mario Dehter nos planteo una pregunta a una serie de personas, entre las cuales estaba yo. La cuestión era ¿Como puedo construir mi futuro?, y aunque parecía sencilla, cuando la releías detenidamente, no era tan fácil responder, y mucho menos fijar los parámetros de la misma.
Lo primero y más importante es definir que es futuro y que ámbito de tiempo estamos abarcando, si es a un día a dos o a un proyecto de vida. Yo entendía futuro como lo que está por venir y que tiene un campo de acción de cinco años mínimo. Otros apostaban por el corto plazo y los restantes lo planteaban a largo plazo. También existía un par de personas que asociaban futuro a destino, entendido como que el destino es algo que desencadenamos nosotros, no fuerzas oscuras y alienas a nosotros mismos.
Pero si buscamos un mínimo común denominador, el futuro sería algo que nos fijamos a un plazo mayor de cinco años y que podemos modelar en parte gracias a nuestras propias acciones.
Una vez hemos definido el marco temporal, quedan dos opciones importantes: fijar objetivos o vivir el día a día. No son opciones absolutas en si mismas, sino que una persona puede fluctuar de un modelo a otro a lo largo de su vida en incluso, a lo largo del día. Aunque hay una verdad que podríamos asumir como cierta: sino sabes donde vas, cualquier viento es bueno. Por lo que en mayor o menor medida tendríamos que tener fijados unos objetivos, una meta de que queremos ser, que queremos obtener pasado un tiempo razonable de tiempo. Puede ser algo meramente económico, quizás algo más intelectual, personal, e incluso profesional, pero has de tener un lugar que guíe tus acciones del día a día.
Una vez has fijado tu meta, puedes recrearte en aportar el máximo número de detalles o conformarte con trazar una línea blanca en el camino. Seas de sector rococo o tirando a gótico, lo importante es definir milestones -que serían partes importantes del camino para llegar a la meta- para poder tener constancia de que tal está funcionando tu plan vital.
Ahora que ya sabemos el tiempo y el objetivo, tenemos que trabajar en otro tema importante, ¿de dónde partimos?. Porque varía mucho la cantidad de esfuerzo para conseguir una meta en función de en que lugar partes. No requiere la misma inversión ver la capilla Sixtina con tus propios ojos si vives en Roma, que si vives en Burkina Faso, y esto se puede aplicar a cualquier ámbito. Has de saber de dónde partes porque de lo contrario no sabes cuanta energía necesitarás para alcanzar la meta.
Por si esto no fuera suficiente, más allá de saber de dónde partes, has de saber que capacidades tienes como persona. Por mucho que a mi me hiciera ilusión ser piloto de caza sería imposible que alcanzara ese estatus, tengo un defecto en la vista que me imposibilita para pilotar aviones, pero me autoriza a llevar perros guías -lo comido por lo servido. Conocerse es quizás el proceso más duro porque tendemos a infravalorarnos o a exagerar nuestras virtudes. Quizás seas más listo de lo que crees, quizás tengas menos habilidades sociales de las que piensas, y por supuesto, no todo el mundo puede caer en gracia.
Si sabes quién eres, sabes que has de trabajar y lo que te puede llegar a costar ponerte a la altura que necesitas para cumplir tu objetivo vital.
Una vez tienes toda esta mezcla, es el momento crucial, disfrutar el día a día. Ser plenamente consciente de lo que estás haciendo, volcando todo lo que sabes, todo lo que eres en el aquí y ahora, y lo más importante, ser pleno con tu trabajo, con tu estudio, con lo que sea que estás haciendo. No dejar que la visión de lo que quieres ser te aparte del presente, centrarte en ser la mejor versión de ti mismo a cada momento.
De este modo, tan sencillo pero a la vez tan complicado, es como puedes construirte un futuro.
Película: The Kid
Esto es un resumen del artículo ¿Como puedo construir mi futuro? escrito para Exelisis. Visita la web para más información y compártelo si crees que es interesante.