- Uno de los signos más fiables es la ganancia de peso. Si el bebé no gana peso, o lo hace muy lentamente, estaremos ante un signo de alarma de que algo no va bien.
- Micciones de escasa cantidad y concentradas, sabiendo que lo normal es que realizcen más de 5 o 6 micciones al día.
- El niño no queda satisfecho tras la toma, llora a menudo, hace tomas muy largas o rechaza el pecho.
- Realiza deposiciones duras, secas o verdes. Las deposiciones del lactante correctamente amamantado son típicamente de color mostaza, líquidas, y en ocasiones con puntos blanquecinos similares a granos de arroz.
- Realiza deposiciones infrecuentes. Con un matiz. Aunque típicamente se dice que los bebés amamantados realizan más deposiciones que los alimentados con leche de fórmula, los primeros también pueden estar varios días sin defecar, siendo esto perfectamente normal. Por lo que este punto debe valorarse en conjunto con otros signos y síntomas.
- La madre no notó aumento del tamaño de los pechos durante el embarazo.
- La madre no notó la "subida" de la leche tras el parto.
- La madre no saca leche cuando se exprime.
Revista En Femenino
Cuando un bebé está alimentado con lactancia materna, puede aparecer la duda de si el bebé toma la leche que necesita. A veces nos gustaría que, al igual que con el biberón, pudiéramos conocer exactamente los mililitros que toma el bebé en cada toma. Como la teta no es transparente (ojalá, ¿verdad?), esto no es posible, por lo que debemos guiarnos por una serie de signos indirectos.