Hay que reconocer que Santiago González afina y mucho cuando escribe el artículo. Es un tema sangrante el de la doble moral y el control del lenguaje para disimular lo que es un crimen evidente, tenga las motivaciones que tenga, ya sean "psicológicas", "terapéuticas" (sanar matando, curiosa paradoja), "morales" o simplemente fruto de la degradación del respeto a la vida humana en sí misma cuando choca con los intereses de la madre/padre del niño que va a nacer.
Bueno, no quiero apostilla demasiado, simplemente
léanlo completo aquí y no se pierdan los comentarios, habitualmente impagables.(Abajo un documental estremecedor).
No es improbable que la frase hecha ‘como puta por rastrojo’ sea
actualizada y sustituida por ‘como feto por lenguaje progresista’. La
información del pasado miércoles en EL País daba cuenta del asunto que
pueden leer aquí: “Más de dos millones de mujeres desaparecen cada año”.
Los dos millones del titular son la suma de medio millón de niñas
menores de cinco años, que fallecen porque las familias pobres dedican
sus pocos recursos a los hijos varones, desatendiendo a las niñas, y de
un millón y medio de abortos, practicados en fetos a los que se ha
diagnosticado sexo femenino.
Hemos pasado de “Un feto de 13 semanas no es un ser humano“,
que formuló Bibiana Aído, a un feto de 13 semanas es una niña, qué digo
una niña, una mujer si lo miramos en una ecografía o en el resultado de
una amniocentesis con perspectiva de género. (...)
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