Este siempre es un asunto difícil, la realidad de las cosas es que a nadie le gustan las críticas, ni las constructivas ni las destructivas, y como todos somos diferentes, nadie nunca nos va a complacer al 100% (de hecho cuantas veces encontramos que ni nosotros nos aceptamos al 100%).
A través de los años, he aprendido, sin embargo, que la mejora manera de lidiar con las críticas es no tomarlo de forma personal. Cada vez que alguien me da una crítica o un consejo sobre una oportunidad de mejora, primero trato de pensar conscientemente de quién viene esta información. Si es de alguien que tiene una vida muy distinta a la mía, y cuyo camino es muy diferente, entonces lo acepto de forma diplomática, pero luego no me siento a pensar a pensar en ello ni le doy mucha más importancia.
Si por el contrario viene de alguien que admiro, que ha logrado cosas que a mí también me gustaría lograr, y tiene un camino similar al mío, entonces ahí sí verdaderamente escucho lo que me han dicho y si vale la pena mejorar el aspecto mencionado, si soy capaz de hacerlo, maravilloso, cosas mejores vendrán a partir de ello, pero sino, de igual forma pienso que todos tienen defectos, y mientras los míos no hieran a los demás, entonces está bien que tenga algunos.
Al final, lo que importa es tener un método que sepamos que funciona para nosotros, y así evitar actuar de forma impulsiva y meternos en más problemas de los que quisiéramos. Y total lo más importante es aceptarnos a nosotros mismos, y aceptar también que siempre habrá espacio para seguir creciendo y seguir mejorando.