El paso del tiempo, los cambios de temperatura y el abrir y cerrar constante los esmaltes de uñas afectan a su composición. Por eso el otro día revisando entre los que tengo en casa, decidí que era hora de deshacerme de aquellos que no uso porque están en mal estado, espesos o grumosos.
No soy de tirar las cosas la verdad, antes prefiero reciclar, y me daba mucha rabia tirarlos porque entre ellos había alguno favorito.
Descarté la idea de intentar aprovecharlos con lo primero que tenemos en casa: alcohol o quitaesmalte con acetona, porque la velocidad con la que se diluyen, es la misma que con la que se vuelven a espesar.
Así que, me acordé de un producto que lleva muchísimos años en el mercado y que mi madre utilizaba por entonces en la peluquería, para alargar la vida de aquellos esmaltes que se le iban quedando espesos por el uso. Se trata del diluyente para esmalte de uñas de Mavala.
Lo que hace es rebajar la consistencia pastosa de la laca de uñas con solo unas gotitas, y no modifica para nada su color. Una vez añadido el diluyente hay que agitar bien el envase, y esperar unos 20 minutos para volverlo a utilizar.
Podeis encontrarlo en perfumerías y/o droguerías que trabajen con la firma. Este lo compré en el C.I. por unos 8 euros.
Estos son los esmaltes rescatados:
Como véis alguno se me resistió, pero por otro lado conseguí conservar muchos más.
Y vosotras ¿recicláis?