La psicopatía : ¿qué ocurre en la mente de un psicópata?
Se puede decir que el afecto predominante de una mente psicopática es el odio. El odio procede de la ira, el cual es el sentimiento principal que impulsa la agresión; en la psicopatología grave, el odio es constante, y puede ser dirigido tanto contra uno mismo o contra los otros.
El aspecto cognitivo del odio es crónico y estable, pero existen diferentes grados en la expresión del odio que de alguna manera nos van a ayudar a identificar el perfil psicopático en su relación con este afecto.
Podemos diferenciar una forma moderada de odio que se centra en el deseo de dominar a la otra persona para tener poder sobre ella. No obstante, hay una forma más severa de expresión del odio basado en la relación sádica, en la que se pretende hacer daño, pero cuyo objetivo es mantener la relación bajo la sumisión de la persona agredida.
En la psicopatía, sin embargo, encontramos la expresión más grave del odio, ya que lo que se pretende es destruir al otro, de una manera real o de una manera simbólica.
Origen de la psicopatía
Se sabe que la psicopatía tiene su origen en una patología del superego. El superego es la influencia que la autoridad y las prohibiciones externas tienen sobre un niño, y su resultado es la internalización de esta autoridad y prohibición. Se conocen dos causas responsables:
- La predisposición genética.
- La calidad del ambiente en el que se produce la internalización de la autoridad y prohibición, como la falta de presencia, la inconsistencia o la excesiva autoridad parental.
Estas personas dan la impresión de que han padecido la agresión salvaje de sus padres, y con frecuencia informan haber observado y experimentado la violencia a principios de la infancia. También transmiten que están totalmente convencidos de la inutilidad de cualquier relación parental buena: los buenos, por definición, son débiles ni de fiar, y van a despreciar esas características en una persona y a quienes perciben como potencialmente buenas. Por el contrario, a los poderosos se los necesita para sobrevivir. El dolor de tener que depender de padres poderosos, desesperadamente necesitados pero sádicos, se transforma y se expresa como ira en su mayor parte proyectada.
¿Cómo es la personalidad de un psicópata?
Aunque se sabe que las personas con rasgos psicopáticos tienen dificultades para establecer relaciones emocionales, no significa que no se involucren en relaciones de pareja. Sin embargo, estas relaciones suelen ser diferentes a las de las personas sin estas características.
En primer lugar, los psicópatas solo se involucran en relaciones donde puedan ejercer control y poder, lo que suele resultar en relaciones superficiales y transitorias. A veces pueden durar más si creen que aún pueden obtener algún beneficio de la relación.
Los psicópatas suelen mostrar un encanto superficial y una amabilidad aparente, pero carecen de verdadero afecto. Su comportamiento se rige por estándares de conducta que les permiten ajustarse a las expectativas de los demás.
Tienen un vocabulario rico y pueden utilizar un discurso persuasivo para manipular a los demás. A menudo, presentan ideas como verdades absolutas e ignoran las opiniones y conocimientos de los demás.
En una relación de pareja, los psicópatas suelen actuar con un egocentrismo patológico, tomando decisiones que afectan a la relación sin considerar los sentimientos y deseos de su pareja. En resumen, suelen regular su comportamiento en función de sus propios deseos y apetitos, sin respetar la dignidad y el respeto de su pareja.
Características principales de una persona psicopática
Una de sus características principales es la ausencia de valores morales, y por supuesto, la incapacidad para empatizar con esos valores en el otro. Se adaptará a ellos dentro de las relaciones sociales y de pareja, en la medida posible para no ser descubierto sin dichos valores.
Por supuesto, la mentira y la falsedad son aspectos siempre presentes en la relación con un perfil psicopático. Estas mentiras, sin embargo, son difícilmente reconocibles ya que son expresadas con mucha tranquilidad, sin los marcadores emocionales de la mentira que suelen estar presentes en personas normales. Así mismo, el remordimiento brilla por su ausencia, lo que facilita el engaño, sin el sentimiento de culpa asociado al mismo que en el resto de personas aparece y que suele hacer que una mentira tenga los días contados y que aparezcan incongruencias en las conductas y/o pensamientos expresados.
En cuanto a las relaciones sexuales son impersonales, triviales y poco integradas, raramente van a expresar ternura en ellas. En general, van a mostrar una pobreza significativa en las principales reacciones afectivas.
Por otro lado, se ven incapacitados para realizar planes de futuro, debido a que su conducta es impulsiva y suelen expresar su angustia a través de la apatía y el aburrimiento, por lo que suelen abandonar tareas constantemente. En una relación de pareja falta uno de los pilares de toda relación sana, un proyecto en común a largo plazo.
Perfil
Cuando pensamos en la psicopatía, a menudo nos viene a la mente un perfil agresivo y violento. Sin embargo, existe un tipo de psicópata, llamado pasivo-parasitario, que no busca destruir a la otra persona, sino obtener poder simbólico a través de extraer de ellos sus necesidades, como objetos, dinero, sexo, privilegios, etc.
Este tipo de psicópata suele buscar relaciones de pareja y la duración de la misma dependerá de cuánto tiempo la persona les provea de lo que necesitan. A menudo, van de una relación a otra, extrayendo lo que necesitan de cada una.
Si quieres evitar establecer una relación emocional con un psicópata, es importante aprender a reconocerlos. Por lo general, presentan una ausencia de valores morales y empatía con los demás, suelen mentir con facilidad y no sienten remordimiento. En las relaciones sexuales, suelen ser impersonales y poco afectuosos.
Si te ves atrapado en una relación con un psicópata, puede ser difícil salir de ella y puede llevar varios años de terapia para recuperar por completo tu personalidad. Por lo tanto, es mejor aprender a detectarlos y evitar involucrarse emocionalmente con ellos desde el principio.