Cómo reconocer si una persona se encuentra enfermo con paperas

Uno de los primeros síntomas, y quizá el más evidente para tomar en cuenta, esta en el dolor que se llega a sentir en una pequeña región que se encuentra entre el lóbulo de la oreja y nuestra mandíbula, lugar en donde se encuentra la glándula parótida y cuyo dolor es provocado por su inflamación. Sólo basta tener que pasar la mano por dicho lugar (que seguramente puede estar inflamado) para sentir un dolor intenso, lo cual ya no se estaría diciendo que se está padeciendo de las paperas.

Las paperas son extremadamente contagiosas, no debiendo esperar mucho tiempo para una visita médica; la glándula parótida se inflama hasta su máxima capacidad a los dos o tres días de padecimiento. Existen casos en los cuales la inflamación se presenta a los dos lados, aunque en otros casos puede presentarse únicamente hacia un lado. Una alta temperatura también puede servir de aviso de la presencia de las paperas en nuestro organismo, encontrándose que la misma llega hasta los 40 °C.

Complicaciones en nuestro organismo provocado por las paperas

Existen algunos casos en los cuales se pueden llegar a presentar determinadas complicaciones cuando se ha llegado a sufrir de estas paperas, aunque también podrían no presentarse:

Meningoencefalitis, que no es más que la inflamación de las meninges y también del encéfalo.

• La Orquitis, conocida también como una inflamación de los testículos.
• Ooforitis, que en cambio es la inflamación de los ovarios.
• Nefritis, que viene a ser la inflamación de los riñones.
• Miocarditis, que provoca una inflamación del músculo cardíaco.
• Artritis, que se manifiesta con una inflamación en las articulaciones.

Si en algún momento determinado hemos logrado identificar que algunos de los síntomas antes mencionados se encuentran formando parte de una enfermedad en una persona, es altamente recomendable hacer una visita a un médico o un centro de salud, ya que las paperas pueden llegar a provocar males superiores a quien no se hace tratar. A pesar de que la glándula parótida puede inflamarse a su máximo volumen a los tres días, muchas veces los síntomas podrían no presentarse hasta el séptimo día de contagio.