Revista Opinión

¿Cómo reconocer una personalidad controladora?

Publicado el 01 noviembre 2019 por Carlosgu82

Comienzas a sentirte manipulado, anulado o no tomado en cuenta, piensas con duda respecto a alguien que su dedicación no es del todo desinteresada, que se cree el centro del universo, que todo debe girar en su entorno, ¿Se te hace conocido?

Esta persona que suele ser la organizadora estrella, servicial, atenta, quien se hace cargo de las reuniones, celebraciones, viajes o cualquier actividad grupal laborable o familiar, pero observas que no le gusta recibir sugerencias, no respeta las opiniones de otros y que el plan siempre debe ejecutarse a su manera.

Si existe algo de esto, es porque muy posiblemente estas en presencia de una persona controladora, algunos no son muy fáciles de identificar, pueden llegar a ser encantadores, pero créeme no lo son, no, por las razones correctas.

Este tipo de persona solo quiere ejercer poder y control sobre todo y todos, comienzan por temas generales, poco a poco lo llevan a un punto personal en que creen tener derecho a decidir por los demás, algunos lo hacen de manera sutil, otros se sienten con mayor presencia.

Adoran llevarse el crédito por todo, se refieren a sí mismos como el número uno desde cualquier posición, pero necesitan de un público, de personas a quienes controlar, situaciones que les permitan dominar, ejercer el poder que los nutre cada día.

La mayor parte del tiempo nuestro cuerpo y mente emite alertas a ciertas situaciones, estamos tan acostumbrados a ignorarlas que, de manera casi automática, las dejamos pasar, esto nos puede convertir en presa fácil de cualquier depredador de oficio.

Si somos más observadores, es muy probable que estemos en presencia de una advertencia, la próxima vez que sientas alguna molestia o rechazo, otórgate el permiso de racionalizar, sentir, cuestiónate qué o por qué esta detonando la incomodidad.

Allí justo allí, radica la importancia de formarnos criterios con bases sólidas, ¿debemos cuestionarnos? sí, siempre, porque quizás hemos actuado por mucho tiempo en base a falsas creencias, negándonos la oportunidad de generar cambios en nuestro mundo interior, que se verán reflejados en el exterior, ayudando a identificar con mayor facilidad personas tóxicas, tener mayor valoración propia y poder alejarnos a tiempo de situaciones no tan buenas.

Quizás al principio no entiendas muy bien el mensaje que emite tu cuerpo, pero si les da tiempo, podemos reaprender a escucharnos, confiar en nuestro criterio, pero cuidado, todos tenemos sombras internas que trabajar, esas que nos hacen ser los villanos de los cuentos algunas veces, y sí, debemos tener presente, que nos equivocamos muchas más veces de las que nos gusta admitir.

No se trata de desconfiar de todo, nuestro deber es domar ese animal instintivo que llevamos dentro, para no convertirnos en nuestro propio monstruo, ese que se deja llevar por el ego, arrastrando todo a su paso, podemos destruir en un momento, lo que nos llevó años construir.

A medida que vamos aprendiendo, así como cuándo éramos niños, lo hicimos por la ley del ensayo y el error, en nuestra vida de adultos responsables debemos asumir la parte que nos corresponde, hacernos cargo, buscar las herramientas que nos permitan actuar de la manera correcta para con nosotros mismos.

¿Acaso creen que ser adulto es sólo tener millones de cargas encima? No, también tiene la ventaja que podemos decidir por nosotros mismos, crear nuestras propias reglas, evitando convertirnos en el objetivo de un controlador cualquiera.


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