Revista Decoración

Cómo rellenar el agua del coche

Por Dolega @blogdedolega

Gotas reflejadas

-Madre, que me voy con la muchachada a Peñalara esta noche.

-¿Ehhhh?

-Eso, que es luna llena y vamos a subir a la laguna.

-¡Tú estás loco! ¡De eso nada! Pero que locuras se os ocurren ahora.

-No temas Madre, que ya somos expertos.

-Que expertos ni que ocho cuartos, eso es una locura como la copa de un pino, además creo que está prohibido, que lo sepas y como os pillen acabáis en el cuartelillo de la guardia civil.

-¡Pero si hemos subido un montón de veces!

Me mira con misericordia, como el anciano que mira a un niño al que le faltan miles de cosas por aprender.

-La única diferencia entre antes y ahora, es que hoy lo sabes y antes no.

-Como hagas esa locura posteo, tu última hazaña.

-No tienes pruebas documentales. Nadie te creerá.

-Me arriesgaré. Duermo con el móvil en la mesilla. Y como se lo digas a tu padre te va a mandar al diablo.

- Yo no se lo pienso decir, así que si se entera, ya se supo quién fue.

He dormido fatal y esta mañana lo primero que he hecho nada más levantarme ha sido bajar a las mazmorras a ver dónde estaba el retoño. Y estaba. Así que ahora es mi turno de tocar la moral.

Los conocimientos mecánicos del El Niño, son comparables a los del padre, cero. Esto quiere decir que para ellos un coche es algo que anda y que cuando llega a los kilómetros que pone el papelito que llevan colgado en la palanca de los intermitentes, lo llevan al taller y así siempre.

Si surge algo entremedias, pues le preguntamos a mamá que ella siempre sabe qué hacer en estos casos.

El otro día viene El Niño y me dice que cree que el coche necesita agua. A continuación reproduzco la conversación textualmente para que conste en acta:

-Creo que el coche necesita agua, he mirado el depósito y está por debajo de la rayita del mínimo.

-Pues eso no lo dejes que quemas el coche y menos en esta época con estos calores.

-Ya ya, eso he pensado yo pero ¿se le echa agua ó qué?

-Mejor anticongelante, que el agua tiene cal y fastidia el radiador.

-Pero es que ahora cuando baje, no tengo tiempo de parar en la gasolinera.

-Pues échale agua aquí hoy y luego lo rellenas con anticongelante.

-Vale

-Acuérdate de cerrar bien el tapón del depósito del agua.

Cómo rellenar el agua del coche

-Ok

Esta fue la conversación mantenida con un ser que debe de pensar:

010101000111010001110101010001110011 ó algo parecido.

Antes de ayer, media hora antes de la hora tope para salir al trabajo y teniendo que dejar en el autobús hacia Madrid, a la Santa que lo aguanta.

-Madre ayúdame a echarle el anticongelante al coche. Mientras la Santa se termina de arreglar para irnos.

-Vale, vamos.

Allá que cogemos el bidón de anticongelante y el Niño que se pone a abrir el tapón del depósito de plástico y nada. Y lo intenta con un trapo y nada, que no hay manera.

-Espera que aviso a tu padre.

Le pido al Consorte, que está haciendo de Freddy Krueger con la hiedra del jardín con mascarilla incorporada por la alergia, que nos ayude con el tapón.

(No existen pruebas documentales, porque no se le permitió a la prensa recoger de manera gráfica los mejores momentos del acto)

Pues que Consorte con su legendaria fuerza, tampoco puede.

-¡Tráeme la ajustable! Llave para mover tuercas difíciles.

Que tampoco.

-¡Tráeme la llave inglesa! Otra herramienta para aflojar cosas muy, muy apretadas.

Que tampoco.

Ahí Consorte sudando la gota gorda, inclinado en el motor del coche y haciendo más fuerza que un luchador de Sumo, chilla:

-¿¡Pero coño, como has cerrado esto que no hay Dios que lo abra!?

Y allí que la criatura que debe de tener las neuronas carcomidas por el tabaco y El Diablo III dice muy serio y sin ningún indicio de haber consumido sustancias psicotrópicas.

-Con la llave grifa. (Adjunto foto de la herramienta para que se haga una idea el lector, de lo que se ha utilizado para cerrar un simple tapón de plástico)

Cómo rellenar el agua del coche

El Consorte y yo, miramos al Niño, nos miramos entre nosotros y nuestras miradas coinciden, en que hay algo que hemos hecho mal. Algo se nos ha escapado. Algo falló y no nos dimos cuenta.

-¿¿¿¿¿¿¿Que has cerrado el tapón con la llave grifa?????? Chillo incrédula.

-¡¡¡Ehhhhh, no empecemos que te conozco!!! Recuerdo claramente que me dijiste “Acuérdate de cerrar bien el tapón del depósito del agua” y yo le eché el agua y lo cerré con la mano y pensé:

“Mamá me ha dicho que lo cierre bien, mejor lo ajusto más no vaya ser que aquello empiece a salirse en medio de la carretera y la lie parda”

-¿Y en qué lugar de mi frase está la palabra “llave grifa”?

-Pues en el lugar que tenía que haber estado la palabra “mano”. Si me hubieras dicho: Apriétalo bien con la mano pues ya está, nada de ésto hubiera ocurrido, pero como siempre tú y tus directrices ambiguas, de difícil interpretación que uno no sabe realmente qué has querido decir, pues yo improviso y me fijo en lo de “bien cerrado”.

En este punto, la Santa que lo aguanta, me mira y me dice con los ojos:

“Bueno algo de razón lleva” y yo le contesto a esa mirada con palabras:

-Lo siento bonita, has perdido el ticket de compra, está fuera de garantía y que sepas que éste no tiene devolución posible.

Mientras Consorte se ha ido al cuarto de herramientas mascullando: “esto no se le ocurre a nadie, es que manda huevos cerrar el tapón con una llave grifa, este chico tiene algo suelto, algún cable ó algo porque no es normal”

-¿No, si ahora va a resultar que tengo yo la culpa de que tú no sepas definir correctamente las indicaciones, No te jode! Es que, ¡lo que hay que oír ehhh!. Encima hoy llego tarde porque mira la hora que es y todavía tengo que bajar a dejar a mi princesa al autobús.

-Pues te fastidias, así para otra vez te piensas las cosas. Que algunas veces creo que hay algunas zonas de tu cerebro aún por desarrollar, macho.

Ahí que viene mi héroe con la mascarilla en lo alto de la cabeza, los pantalones cortos llenos de manchas de cola de contacto, la camiseta de tirantes que es un collage de manchas varias y con la llave grifa en la mano. Vamos, el sumun del erotismo.

El niño quiere intervenir y el consorte le lanza una mirada mortal.

Se pone y después de un esfuerzo colosal ¡Por fin! Gira el maldito tapón.

Lo desenrosca, lo saca, lo mira.

-¡Si es que el desgraciado le ha hecho una rosa de más!¡¡¡hace falta ser bestia!!!

-A mí me dijeron que lo apretara bien…

Así que la criatura rellenó el depósito con anticongelante y a la hora de cerrar el tapón imitamos al Orfeón Donostiarra al cantar al unísono

¡¡¡¡SE CIERRA CON LA MANO!!!!

Cuando se fueron, Consorte y yo mirábamos alejarse el coche.

-La culpa la tienes tú, que lo debiste traumar en su niñez con lo de obedecerte.

-¡Si claro, no te jode! Quién tiene la culpa eres tú por no saber de mecánica y claro el niño no tuvo una referencia masculina en ese aspecto y así ha salido, raro de narices.

 


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