Cómo Saber si el Pescado Está Fresco

El pescado es un alimento que no debería faltar en nuestra alimentación, salvo que haya alergias o intolerancias. Está repleto de nutrientes, tanto si es azul como si es blanco, por lo que conviene comerlo varias veces en semana.

Y, aunque pueda parecer caro, lo cierto es que hay especies que son saludables y económicas, por lo que no hay excusa para no consumirlo.

Pero, y aquí hay un pero importante, el pescado debe ser fresco. No sólo porque es la única manera de que su sabor y su textura sean agradables, sino porque podemos comprometer nuestra salud; porque un pescado en malas condiciones puede acarrear consecuencias muy desagradables.

Para que no te engañen (ni te engañes) en la pescadería, a continuación te doy algunos trucos para valorar si un pescado está fresco o no lo está. 

En la pescadería

A la hora de comprar pescado fresco y de calidad hay que comenzar por lo más importante: la pescadería en la que lo adquieras. Un establecimiento en la que se compre buen género, que esté impoluto y en el que sepan aconsejarte sobre qué pescado llevar y que sepan prepararlo correctamente te dará esa garantía. Y doy fe de que existen pescaderías así, sobre todo en los mercados, y que no tienen que tener precios prohibitivos. Todo es cuestión de buscarlas.

Algunas recomendaciones:

• Compra en una pescadería de confianza.

• Adquiere el pescado siempre en el mismo establecimiento. Si eres cliente habitual y estableces una relación cordial con los pescaderos, es muy probable que te lleves mejor pescado a casa que si acudes a la pescadería de forma ocasional y muestras una actitud poco respetuosa. 

• Fíjate en el estado general del establecimiento: orden, limpieza, olor...

• Comprueba que el hielo sobre el que se presenta el pescado está limpio.

• Los expositores deben estar en posición inclinada, para que el agua del deshielo caiga al suelo y no se acumula bajo el pescado y lo pudra.

• No debe haber adornos junto al pescado, porque es difícil mantener una correcta higiene de estos artículos y pueden convertirse en una fuente de gérmenes que contaminen el pescado. 

• No compres pescado los lunes. Salvo los pescados de piscifactoría, los que pescan las flotas que no son españolas y los pescados azules que se pescan con cerco, no están en las lonjas el lunes, porque los pescadores españoles no trabajan sábados y domingos. Eso significa que muchas pescaderías no compran género el lunes, y las que si lo tienen probablemente tienen producto de la semana anterior, es de granja o el que tienen no ha sido pescado por barcos españoles. De hecho, mi pescadería ni siquiera abre el puesto el lunes.

• Evita comprar pescado ya eviscerado y fileteado de los que venden en barquetas en las grandes superficies, porque así no podrás comprobar si el pescado está fresco o es ya parte de la plantilla del supermercado.

El pescado

Antes de comprar el pescado, fíjate en lo siguiente:

• El olor debe ser a mar y algas (o a agua dulce en el caso de las especies no marinas), nunca debe olor a rancio, amoníaco o moho. 

• La piel debe estar brillante, humectada, sin defectos, limpia, con los colores propios de la especie y bien definidos. Descarta la pieza si la piel se desprende de la carne.

• Las escamas deben ser tornasoladas y ser difíciles de retirar. 

• Los ojos deben estar brillantes, con el cristalino transparente y sin velos ni aspecto lechoso, la pupila debe tener color negro y los colores deben ser vivos y definidos. En cuanto a la forma, dependerá de la especie, aunque si están hundidos o muy hinchados es un indicador de que el pescado no está fresco. 

• Las agallas deben tener un color rojo, oscuro o rojo intenso para la mayoría de las especies, y rosado en otras, como en el caso de la merluza. Descarta la pieza si las agallas tienen algún tipo de mucosidad o son de color marrón, amarillento o grisáceo. Como no vas a poder comprobar tú el estado de las agallas, fíjate cuando la manipule el pescadero o directamente pide que te las muestre. En este caso es importante que el establecimiento sea de confianza, porque hay algún irresponsable que tiñe las agallas para hacer pasar pescado pasado por fresco.

• La zona abdominal debe estar firme sin abultamientos. Si está hinchada indica que las vísceras ya se han comenzado a pudrir y los gases han inflado la zona. Si el pescado expuesto está eviscerado, probablemente se ha hecho para que no se note que ya ha comenzado a descomponerse.

• La textura tiene que ser firme al tacto, si está blanda, el pescado no estará fresco. Como en la mayoría de los casos no vas a poder tocarlo en la pescadería, fíjate en cómo responde cuando toma la pieza el pescadero.

• Fíjate en el pescado cuando lo prepare el pescadero, porque la espina dorsal debería ser casi incolora y estar bien fijada a la carne. Si se desprende casi sin tocarla, es mala señal.

• Debe saber a pescado, aunque parezca una obviedad. Si tiene un gusto metálico, picante, rancio o extraño, por muy buen aspecto que tenga el pescado, es que no es fresco. Si se llega a ese punto en el que ya se ha ingerido, probablemente sufras una intoxicación alimentaria.

¿Tienes algún truco para comprobar si el pescado está fresco? ¿Tienes alguna anécdota? Me encantaría que lo compartieses con los lectores y conmigo en el apartado de comentarios.

¡Hasta el próximo post!

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La primera vez que apareció el post Cómo Saber si el Pescado Está Fresco fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.

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