por Dr. Gilbert Brenson-Lazán
Unas cuantas sesiones con un(a) mentor(a) profesional (o si quieres estar de moda…un “coach”), pueden ser uno de los recursos más importantes para el facilitador, gerente o líder de procesos de cambio organizacional. La mentoría profesional es un proceso para explorar, con el interesado, las opciones estratégicas y comportamentales existentes, tanto las que puede hacer el interesado ante determinado reto, como las que le conviene dejar de hacer.
Después de más años de los que quiero recordar de formar facilitadores y mentores, he visto que hay varias formas en que un profesional puede sabotear el proceso (en otra entrega les presentaré las formas en que el mismo mentor puede sabotear el proceso):
- Esperar que tu mentor(a) realice tu trabajo: “¿Puedes repasar mi Plan Estratégico para el 2012?
- Esperar que tu mentor(a) siempre tenga la respuesta para cualquier reto o dificultad: “¿Cómo debo hacer frente a la TLC?“
- Esperar que tu mentor(a) elabore la agenda de cada reunión: “¿Qué quiere que hablemos hoy?”
- Esperar de su mentoría una psicoterapia personal: “¿Qué significa esos sueños?”
- Esperar que tu mentor(a) cambie a los demás: “¿Puedes hablar con Pablo acerca de su mal genio”?.
- Aceptar como sabiduría sagrada, sin cuestionarlo, todo lo que te dice tu mentor(a): “Si Ud. lo dice…tiene más experiencia que yo en estos asuntos.”
- Esperar que tu mentor(a) sea una rica fuente de chismes frescos para regar por toda la organización: “Qué piensa Ud. de la renuncia de Juan?”
- Atribuir tus éxitos o tus fracasos solamente a tu mentor(a): “Se lo debo todo a Ud.” o “Ud. debe haberme advertido de ese problema.”
- Manejar las citas con tu mentor(a) como las del peluquero: “No me alcanza el tiempo hoy para cumplir nuestra cita” o “¿Podemos hablar ahora mismo?”
- Fanfarronear a cada momento, con tus compañeros y colegas, sobre tu relación con tu mentor(a). “Apenas ayer me contó el Dr. Vargas, mi mentor, sobre la fusión que nos va a caer”
- Aprovechar la confidencialidad de la sesión de mentoría para compartir tu memorial de agravios: “Imagínese lo que me hizo el Gerente de Producción ayer.”
- Endiosar a tu mentor(a): “¿Cuándo sería que yo logre tanta sabiduría como Ud.?
- Evitar cualquier compromiso a hacer o cambiar algo específico como resultado de la sesión: “H-m-m-m… ¡Interesante! Lo voy a pensar.”
REFLEXIÓN:
¿Cuándo hemos caído en uno (o más) de estos sabotajes?
¿Qué vamos a hacer al respecto?
Autor Dr. Gilbert Brenson-Lazán,Presidente Ejecutivo – Amauta International.
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