El final de las vacaciones y la vuelta a las actividades diarias constituyen un momento propicio para retomar hábitos que mejoren nuestra salud. El primero es la buena alimentación y, a su lado, la práctica deportiva. La conjunción de estos dos aspectos son la fórmula perfecta para reequilibrar nuestro organismo y eliminar esos excesos del verano que se han traducido en algún kilito de más.
Obtener el máximo rendimiento
Para conseguir que las dietas de farmacia sean realmente efectivas y no caigan en saco roto, es preciso tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- Implicación, motivación y constancia
Cuando una persona decide ponerse a dieta es porque desea firmemente perder peso, ganar en salud y recuperar la forma física. Muchas veces existe también un componente de autoestima y la necesidad de estar y sentirse atractivos. Pero todas las dietas, incluso las de farmacias, exigen un compromiso firme. De nada sirve invertir en productos dietéticos si los dejamos a los dos días y no permitimos que actúen en nuestro organismo dentro de los plazos previstos y necesarios.
- Seguir fielmente las instrucciones
Cada producto dietético ha sido creado para cumplir una función concreta. Por ello, antes de adquirir cualquier artículo es imprescindible estudiar a fondo las características y seguir correctamente las instrucciones y pautas de administración. Hay que tener en cuenta que algunos productos tienen un calendario delimitado, es decir, deben ser ingeridos durante un periodo de tiempo concreto que no se debe sobrepasar.
- Dieta equilibrada y ejercicio
Como comentábamos, la alimentación y el deporte son los mejores aliados de las dietas de farmacia. La combinación de estos tres factores hará que la pérdida de peso se produzca más rápido y de forma más natural. Otra recomendación básica y de sobras conocida es la de beber abundante agua, no solo por el beneficioso efecto de hidratación sobre el organismo, sino porque ayuda a incrementar la sensación de saciedad.
Variedad de productos
La dieta de farmacia pone a disposición de los clientes una amplia variedad de productos. Para comprobarlo, basta con visitar en internet alguna web especializada. Los productos se clasifican en tres grandes grupos:
- Substitutivos de las comidas: son alimentos que proporcionan un efecto saciante con un bajo aporte calórico. Generalmente se presentan en forma de batidos y son muy fáciles de preparar.
- Snacks: son aquellos productos que se utilizan para "matar el gusanillo" entre horas. Los más conocidos son las barritas o galletas de diferentes sabores, que poseen un alto contenido en fibra y ayudan a paliar la sensación de hambre.
- Suplementos dietéticos (también llamados complementos nutricionales): son substancias que ayudan a solventar carencias o que ayudan al metabolismo a potenciar alguna acción concreta. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, los productos contra la retención de líquidos, los quemagrasas, etc. Se pueden presentar en forma de cápsulas, comprimidos, polvos o líquidos.
- Gemma Salas
- septiembre 29, 2017
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