Cómo salir de una crisis económica: los ejemplos de Finlandia y Corea

Estos ejemplos están en inglés en el informe de la OCDE, Policy Responses to the Economic Crisis: Investing in Innovation for Long-Term Growth, June 2009. En la década de los 90 Finlandia y Corea salieron de una crisis profunda mediante la innovación. A continuación una traducción en español.

Finlandia

Finlandia experimentó una crisis excepcionalmente profunda en la primera mitad de los 1990. En cuatro años la producción se redujo en más de un 10% y el desempleo se cuadriplicaba hasta casi un 17%. Sacudidas externas (el colapso del comercio con la pasada Unión Soviética en 1991, pero también un descenso fuerte en el área de la OCDE), combinadas con una crisis bancaria doméstica, conducían a un colapso del consumo y de la inversión. Superar la crisis requería medidas drásticas para mejorar la competitividad y para consolidar las finanzas públicas - al mismo tiempo que se necesitaban medidas muy costosas para reavivar el sector bancario. La mayoría de los gastos públicos sufrían recortes a todos los niveles, y algunos impuestos fueron aumentados. La excepción principal fueron los gastos en I+D, que fueron incrementados en lugar de acortados. En particular, el soporte contra-cíclico de TEKES (la Agencia de Financiación para la Tecnología y la Innovación Finlandesa más grande) demostró ser muy importante para reducir la profundidad y la duración de la bajada de I+D empresarial, lo cual ayudó a poner las bases para un fuerte rebote. La decisión del gobierno de complementar las medidas de estabilización macroeconómicas con una inversión sostenida en infraestructura, la educación e incentivos para un cambio estructural, ayudaron a poner la economía finlandesa sobre un camino más sólido, y más intensivo en conocimiento después de la crisis

La experiencia de Corea ilustra de igual manera como una buena gestión de la crisis puede acelerar un ajuste estructural. La crisis financiera asiática de finales de los 1990 conducía a una reducción significante del tamaño de las grandes firmas en Corea. Este proceso se caracterizó por despidos masivos de personal altamente cualificado, y por grandes reducciones en gastos de I+D corporativos. La respuesta del gobierno coreano, además de aumentar los gastos en educación, fue incrementar el presupuesto en I+D. Además, usaba la crisis como una oportunidad para desarrollar un sector de la PYME basado en la tecnología, usando la Ley Especial para Promover Empresas de Capital Riesgo (establecida en 1998). Se estableció un mix de medidas políticas coordinadas: regulaciones que ayudaron a mejorar el entorno para la creación de "ventures" y su crecimiento; fondos de capital riesgo avalados por el gobierno e incentivos fiscales para inversores; así como medidas para apoyar la investigación. Estas medidas alimentaban la expansión rápida del número de laboratorios corporativos de I+D (cuyo número era del orden de 3000 en el momento de la crisis, pero crecían hasta cerca de 9000 en 2001) cuyo crecimiento era en un 95% de PYMEs. En vísperas de la crisis había del orden de 100 empresas de capital riesgo en Corea. A finales de 1999 este número había crecido a más de 5000, y a finales de 2001, había aumentado a más de 11000. Los efectos a largo plazo de estas medidas fueron espectaculares. En 1997 los gastos de las PYMEs eran tan solo el 12% de los totales de I+D empresarial, pero en 2006, este número se había incrementado hasta el 24%. Obviamente, este éxito no se puede explicar únicamente por la intervención política. El cambio mundial hacía una economía digital presentaba una oportunidad de negocio excepcional para personas con tecnología e ideas - en gran parte las que habían sido despedidas por las grandes firmas. Sin embargo, la acción gubernamental ayudó a crear un entorno que favorecía el aprovechamiento de estas oportunidades emergentes por las nuevas empresas.