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Cómo se hicieron las portadas de los discos de the beatles

Publicado el 30 octubre 2023 por Carlosdelriego
CÓMO SE HICIERON LAS PORTADAS DE LOS DISCOS DE THE BEATLES

Pocas portadas de la historia de la discografía son más emblemáticas. 

Así se hizo la foto

Octubre de 1963, The Beatles terminan de grabar su segundo Lp, que saldría un mes después. Fue a lo largo del año siguiente cuando se disparó la llamada ‘beatlemanía’. Desde entonces, cada disco fue un acontecimiento y, con el paso del tiempo, cualquiera identificaría cada Lp por su portada, puesto que la imagen del frontal de esos discos se ha vuelto tan emblemática, tan identificable, casi, como las canciones. Cada una de ellas tiene jugosas historias que contar

Una de las grandes ventajas de los discos de vinilo es que, además de música, también ofrecen arte, pues las portadas son perfecto soporte para los artistas gráficos, desde fotógrafos a dibujantes o pintores. Entre las portadas más reconocibles de la historia del rock están las de los discos de The Beatles, quienes tenían que ir explorando nuevos modos, nuevas ideas, tanto en la música como en la parte artística.

El primer Lp de Beatles fue ‘Please please me’, 1963, en cuya portada se les ve asomados y mirando hacia abajo desde una gran escalera. George Martin quiso en esta portada unir dos proyectos: su nueva banda y su amor por el zoológico de Londres. Martin, miembro honorario de la sociedad zoológica de la ciudad, pensó en fotografiar al cuarteto frente a la casa de insectos del zoológico (por lo de ‘beetles’, escarabajos). Pero la sociedad zoológica no lo entendió y se negó. Así, se le pidió al fotógrafo Angus McBean que pensara algo, y pensó en colocarlos en la escalera de la sede de EMI en Manchester Square de Londres, mirando hacia abajo. Gerges Martin dijo: “Se hizo con mucha prisa, pero a partir de entonces siempre se tuvo en cuenta la opinión e ideas del grupo."

‘With the Beatles’ también salió en 1963. El manager Brian Epstein había visto las fotos en blanco y negro que el fotógrafo Robert Freeman había hecho del saxofonista John Coltran y quiso que hiciera la foto para la portada. Freeman se inspiró en su amiga Astrid Kirchherr, que utilizaba la penumbra y la media luz, para conseguir un efecto similar pero que pareciera más bien informal. Hizo las fotos en el comedor de un hotel de Bournemouth, donde iban a tocar los Beatles. McCartney explicó: “Puede pensarse que trabajó y fotografió

durante horas, pero la sesión duró menos de una. Robert se sentó, comió un par de bollos e hizo las fotos”. Y así quedó esa inolvidable media luz, la cual fue destrozada en EE UU, donde se editó coloreada.

Imposible no reconocer la cubierta del ‘A hard days night’ de 1964. Robert Freeman se presentó con la idea de una serie de fotos que proporcionaran sensación de movimiento: cuatro filas de retratos, cada uno con una expresión diferente, como si se tratara de fotogramas de una película. En EE UU volvieron a cargarse la idea al aparecer el grupo en sólo cuatro imágenes, en lugar de las veinte del original.

Antes de que acabara el año editaron otro elepé, ‘For sale’. Robert Freeman los citó en el Hyde Park de Londres para la sesión de fotos en el otoño del 64. No hubo indicaciones, ni de ropa, peinado o aspecto. Paul recordaba: “Nos dijo que estuviéramos allí, como nos diera la gana pero que nos presentáramos. Pero el caso es que todos nos poníamos el mismo tipo de ropa: trajes negros, camisas blancas, corbatas negras, grandes bufandas…”. La sesión duró algo más de una hora, y la imagen que salió en el disco se tomó con un ayudante sosteniendo una rama en primer plano para dar sensación de cercanía.  

Para el ‘Rouber soul’ de 1965 Freeman ya sabía mucho de lo que el grupo y su manager querían. Hizo varias sesiones con los chicos en un bosque cercano a la finca de Lennon en Weybridge. Días después se reunieron para ver las fotos y seleccionar una; para ello, Freeman proyectó las diapositivas sobre un cartón blanco del tamaño de un elepé, pero entonces el cartón se torció un poco distorsionando ligeramente la imagen, algo que gustó a todos desde el primer momento: “Oye, ¿podemos dejar así la foto?” dijeron los Beatles, y así quedó.

Robert Freeman se había convertido en el fotógrafo oficial del grupo. Para ‘Revolver' (1966) se le ocurrió una idea: un montaje con las cuatro caras, pero la cosa no convenció totalmente, así que optaron por la propuesta del músico y diseñador Klaus Voormann (pareja entonces de la antes mencionada Astrid), viejo amigo de la época de Hamburgo. Voormann dibujó los rostros de los Beatles de memoria, pero la de uno de ellos se le resistía, no era capaz de dibujarla como él la tenía en la cabeza: la de George. “Al final, cogí una foto de un periódico, le recorté los ojos y la boca y las superpuse al dibujo”, explicó Voormann. Luego, se reunieron en casa de Lennon y revisaron revistas y periódicos antiguos para completar el collage de la portada.

La idea del ‘Sargent Pepper’, 1967, se le ocurrió al artista pop Peter Blake. Éste y Paul pensaron en hacer un collage a tamaño natural en el que apareciera una multitud de personajes, puesto que así “podríamos meter a quien quisiéramos, de modo que cada miembro dijo unos cuantos, los que se le ocurrieran, héroes, artistas, estrellas, políticos”, contó Peter Blake. Lo que pasa es que se quedaron cortos, de hecho Ringo dijo que lo que se hiciera le parecería bien y apenas dijo un par de nombres; al final, entre Blake y su esposa completaron la elección de personajes, incluyendo las mujeres que aparecen.

Los cuatro y sus más allegados ya habían hablado de lanzar un Lp cuya portada no diera información, sin títulos, sin nombres; de hecho, se sabe que ya la habían comentado esa idea en 1964. Cuatro años después, en el 68, cumplieron el proyecto en el conocido como ‘Álbum blanco’. Sólo se vería sobre un blanco total el número de serie del disco, una especie de ironía que “crearía una especie de ilusión de que se trataba de una edición limitada y numerada… de cinco millones de ejemplares”, contó el ilustrador pop Richard Hamilton, que fue quien terminó el diseño. Sólo un relieve con el nombre del grupo podía verse en las primeras ediciones. Lógicamente, los discos con los primeros números de serie fueron rápidamente buscados y coleccionados, y aumentaron su valor con el paso de los años. Ringo tenía la copia número 0000001 y en 2015 la vendió con fines benéficos por casi 800.000 dólares.

El ‘Abbey road’ (1969) pudo llamarse Everest, e incluso se pensó en una foto a los pies de la montaña, pero rápidamente se vieron los infinitos inconvenientes, así que pensaron en algo más sencillo. Ian MacMillan, fotógrafo amigo de Lennon, fue el encargado de la portada, y pensó que lo mejor es que salieran ellos, nada más. Les dijo que cruzaran ese paso de peatones (al lado del estudio) mientras él hacía las fotos, hizo sólo seis. Eligieron la quinta porque es la única que van al paso y en la única que se le ve el cigarrillo a Paul; y es una de las cuatro en las que éste va descalzo (en las otras lleva sandalias). McMillan creó así el marco para sesiones fotográficas de generaciones de fans de todo el mundo.

El último en salir, ‘Let it be’, 1970, muestra los cuatro retratos en primer plano, pero cada uno en su recuadro, tratando de mostrar la separación (de hecho, Paul ya había publicado su primer disco). El diseño fue obra de John Kosh con fotos de Ethan Russell; Kosh las colocó ya individualmente, no como grupo, y para que la cosa quedara clara, puso ese fúnebre reborde negro todo alrededor. Arriba se lee el evidente ‘Déjalo así’.

Son imágenes que forman parte de la cultura del siglo XX, como sus melodías..

CARLOS DEL RIEGO


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