Como ya hemos comprobado en los distintos artículos del blog, la ansiedad es una emoción desagradable que puede afectar a todos los ámbitos de nuestra vida. Así, el sexo también puede verse implicado cuando sufrimos problemas de ansiedad.
¿De qué manera se relacionan la ansiedad y el sexo?
La ansiedad es una emoción adaptativa, necesaria y funcional que implica una gran activación. Al fin y al cabo es una señal de alarma ante una amenaza. La ansiedad deja de tener sentido cuando aparece ante una situación que objetivamente no supone ninguna amenaza. Pero, ¿entonces por qué se produce? Pues porque la amenaza puede ser real o percibida. Es decir, la forma en la que la persona interprete la situación influye en que aparezca esta respuesta de ansiedad. Por tanto, si la persona interpreta como amenazante la situación de mantener relaciones sexuales (por las razones que sean), aparecerá ansiedad y no se producirá la respuesta sexual. En ocasiones puede ocurrir que la persona tenga ansiedad por otros asuntos ajenos y que se vean reflejados en el sexo. Esto se debe a una inadecuada gestión de la emoción de ansiedad que provoca que se mantenga y que se generalice a otras situaciones, interfiriendo en el día a día de la persona.
La respuesta sexual y la ansiedad se relacionan de manera inversa. Cuanta más ansiedad haya, menor respuesta sexual. Así, si la persona experimenta ansiedad durante una relación sexual, aparecerán problemas a lo largo de la respuesta sexual que dificultan mantener la relación y disfrutarla.
¿Cómo es la respuesta sexual? ¿Qué tipo de problemas pueden aparecer?
La respuesta sexual humana está compuesta por distintas fases:
- Deseo.
- Excitación.
- Meseta: mantenimiento de dicha excitación.
- Orgasmo.
- Resolución: gran sensación de bienestar tras el orgasmo.
- Período refractario: en el cual no se puede volver a producir un nuevo coito.
En función de la fase en la que aparezca la ansiedad, se evidenciarán un tipo de problemas u otro:
- Fase de deseo: déficit de deseo sexual.
- Fase de excitación: problemas de lubricación en la mujer y en el hombre dificultad para conseguir una erección o para mantenerla.
- Fase de orgasmo: dificultad para alcanzar el orgasmo, ausencia de orgasmo, eyaculación precoz y eyaculación retardada.
¿Cuál es el mejor tratamiento para estos problemas?
El tratamiento farmacológico para algunos de estos problemas solo supone una solución a corto plazo. La terapia psicológica se ha demostrado como la más eficaz. El tratamiento psicológico supone ir a la raíz del problema y aprender a gestionar la emoción que está dificultando las relaciones sexuales.
En Psicólogos Ansiedad Málaga contamos con especialistas que pueden ayudarle en el tratamiento de los problemas sexuales de manera definitiva. Así, podrá volver a disfrutar de sus relaciones sexuales.
Ana Claudia Alda Heredia
Psicóloga Colaboradora de Psicólogos Ansiedad Málaga
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