Revista Espiritualidad

¿Cómo Sentimos?

Por Jjrivero
¿Cómo Sentimos?Otra semana más me pongo delante de la pantalla de este portátil que comparte conmigo la complicidad de los temas que vamos abordando semana tras semana en este blog, que pretende ser un lugar donde encontrar una luz en nuestro bienestar personal, que nos guie hacia el buen puerto de la felicidad, por así decirlo, y utilizando un término muy en boga, sostenible.
Esta semana nos centraremos nuevamente en el tema de las emociones, que como vimos la semana pasada, son fundamentales en la consecución de nuestro bienestar psicológico.
Pero, son tan importante las emociones en nuestra vida como para que determinen nuestro estado de ánimo. Parece ser, que la emociones en función del propio diseño de nuestro cerebro tienen una función moduladora de nuestro pensamiento, por así decirlo, son el filtro de nuestros pensamientos, es decir, los tiñen de afectividad.
Describamos pues ese sistema cerebral encargado de controlar nuestras emociones.
El cerebro humano está formado por diferentes estructuras que evolucionaron y se formaron en diferentes momentos de nuestro proceso evolutivo como seres humanos. Estas partes primitivas del cerebro humano siguen operando en nuestro cerebro, y encima de estas estructuras han ido evolucionando las partes más modernas de nuestro sistema nervioso central y más evolucionado, pero efectivamente se han conformado estructuras primitivas que juegan un papel central en el funcionamiento de nuestro cerebro.
En este cerebro primitivo o cerebro reptilineo se encuentra el sistema límbico, o cerebro medio, que está situado debajo del neocortex o corteza cerebral, y que comprende centros importantes como el tálamo, hipotálamo, el hipocampo, la amígdala cerebral (no debemos confundirlas con las de la garganta).
En los diferentes mamíferos, el sistema límbico es el encargado de las emociones, con especial importancia de las emociones negativas, que les ayudan a sobrevivir ya que les ponen en alerta ante un posible ataque de algún depredador, teniendo entre las respuestas al miedo y la ansiedad o el estrés.
Como no podía ser de otra forma en el ser humano centros esenciales en el control y desarrollo de las emociones, pero con algunas diferencias, ya que estás en el ser humano son reguladas por la corteza prefrontal, parte más evolucionada del cerebro humano. Por lo tanto es aquí donde se procesan las distintas emociones básicas como diría Paul Ekman que experimental las personas. Pero que moduladas por el neocortex se transformarían en emociones más complejas conformando una respuesta emocional única, como explicarán más adelante los teóricos del construccionismo, que como veremos son partidarios de que las emociones son la construcción de diferentes emociones básicas moduladas por nuestra historia emocional, nuestros pensamientos y los momentos y lugares donde vivenciemos dichas emociones.
Una de las estructuras esenciales en este sistema emocional es la amígdala como centro de procesamiento de las emociones. Pacientes con la amígdala lesionada ya no son capaces de reconocer la expresión de un rostro o si una persona está contenta o triste. Los monos a las que fue extirpada la amígdala manifestaron un comportamiento social en extremo alterado: perdieron la sensibilidad para las complejas reglas de comportamiento social en su manada. El comportamiento maternal y las reacciones afectivas frente a los otros animales se vieron claramente perjudicadas. También se ha encontrado un papel crucial de la amígdala en la capacidad de aprendizaje, viendo la importancia de las emociones en los procesos de aprendizaje y memoria de la información que almacenamos, es decir, nuestra memoria requiere de una carga emocional para ser recordada. De ahí la participación del hipocampo en el sistema de la expresión de las emociones, estructura de vital relevancia en los proceso de memoria.
El sistema límbico como centro de control y expresión emocional está en constante interacción con la corteza cerebral que controla y regula nuestras emociones. Una transmisión de señales de alta velocidad permite que el sistema límbico y el neocórtex trabajen juntos, y esto es lo que explica que podamos tener control sobre nuestras emociones.
Por lo tanto, podríamos decir que nuestras emociones son respuestas de adaptación y supervivencia al mundo, que hemos adaptado a través de un proceso evolutivo a nuestro mundo actual, y que en el caso de las emociones negativas, se producen efectos de inadaptación de la respuestas. Por ejemplo, las emociones mal llamadas ahora negativas, nos ayudaban a prepararnos para una respuesta de huida, por ejemplo la ansiedad o el estrés hace que nuestro cuerpo se prepare para una maniobra de escape compleja, acelera nuestro ritmo cardiaco, potencia nuestra respiración, aumenta la temperatura corporal para prepararnos para realizar un fuerte ejercicio en condiciones optimas, por lo tanto, comenzamos a sudar y nos preparamos para escapar. En el mundo actual, ante un peligro no determinado como que pierdas el empleo tu cuerpo se prepara para escapar de ese peligro abstracto, y genera la respuesta de ansiedad, pero como estos peligros abstractos son difícilmente definibles y se mantienen en el tiempo, la respuesta se mantiene durante mucho tiempo, generándonos problemas a la larga. Lo mismo pasa con el miedo, sobre todo actualmente se relaciona la felicidad como ausencia de miedo, una emoción que en el pasado nos servía para paralizarnos y pasar desapercibidos a los ojos de los depredadores, hoy nos hace que nos paralicemos en la toma de decisiones, respuesta errónea en nuestra sociedad actual.
En lo que se refiere a las emociones positivas, siempre han estado relacionadas con la búsqueda del placer, concretamente con la tranquilidad y la falta de emociones negativas. Jose J. RiveroPsicólogo experto en FormaciónTerapeuta Familiar en el COF 2000Imagen tomada de micorazonenelcielo.spaces.live.com/?_c11_Blog...

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