El Proyecto Avatar, también conocido como Iniciativa 2045, es un plan trazado por el multimillonario ruso Dimitry Itskov, con un objetivo claro: conseguir para el año 2045 el logro de la inmortalidad humana.
¿Pero qué me estás contando, Robotsia? ¿Es esto posible o son sólo los delirios de una persona con tanto dinero como miedo a la muerte? Hoy vamos a conocer qué es el Proyecto Avatar y si tiene visos de hacerse realidad.

La Iniciativa 2045 saltó a la luz pública en marzo de 2012, cuando el multimillonario ruso Dimitry Itskov (que además de rico es joven, y encima se hace fotos con el Dalai Lama) lo presentó en el entorno del Global Future 2045 International Congress celebrado en Moscú, según nos informaba Popsci. Meses después, volvía a recibir atención mediática tras la carta abierta dirigida a las personas integrantes de la lista Forbes (esto es, las más forradas del mundo) en la que Itskov les proponía participar en el proyecto. La reacción mayoritaria al conocerse la también llamada Iniciativa 2045 fue de incredulidad, pero también de interés.
Pero, ¿en qué consiste exactamente el Proyecto Avatar? Como adelantábamos, se trataría de un plan trazado para conseguir alcanzar la inmortalidad humana, en una fecha tan cercana como el año 2045.
El mismo constaría de 4 fases:
- Avatar A: en esta fase del proyecto, a desarrollar entre 2015 y 2020, se intentaría construir un robot totalmente controlado a través de la mente humana.
- Avatar B: en esta fase, a conseguir entre 2020 y 2025, se pretendería lograr implantar el cerebro de una persona a punto de fallecer en un avatar robótico.
- Avatar C: a desarrollar entre 2030 y 2035, en esta fase se intentaría conseguir volcar el contenido de un cerebro humano -también de una persona cercana a la muerte- en un soporte artificial.
- Avatar D: punto final del trayecto, en esta fase se intentaría lograr desarrollar una existencia "holográfica", o dicho de otra manera, una vida virtual en la que la persona existiera y desarrollara su vida íntegramente en el interior de un sistema computerizado, sin necesidad de un sustrato físico individualizado.

Repito, ¿pero qué me estás contando amigo Robotsia? ¿Es todo esto posible o se te ha olvidado tomar hoy la pastilla? ¿Existe o tiene visos de existir la tecnología necesaria para llevarlo a cabo?
En mi opinión, el proyecto es perfectamente viable, pero los plazos marcados no son realistas.
Respecto de Avatar A, al ser la primera fase, será la que antes se enfrente a su test de viabilidad. Sabemos que, desde hace años, algunos actores tan importantes como DARPA están tratando de crear una interfaz humano-máquina que permita a una persona controlar un avatar robótico de forma directa a través del pensamiento (con fines principalmente médicos y militares). De hecho, ya existen desde hace años brazos robóticos controlados directamente por la mente humana. Aunque aún no se dispone de la tecnología que permita controlar un cuerpo robótico completo por medio del pensamiento, parece posible -aunque para nada sencillo- lograrlo de aquí al año 2020.
Respecto de Avatar B, aquí es donde empiezan a surgir las mayores dudas. Resulta casi imposible creer que en sólo 9 años, hasta 2025, seamos capaces de trasplantar un cerebro humano vivo a un soporte artificial sin que ello suponga la muerte de dicho órgano. Lo más cercano a esta idea sería el plan de trasplante de cabeza anunciado para 2017 por el neurocirujano italiano Sergio Canavero (seguro que habréis oído hablar de ello), operación que aún no ha sido llevada a cabo y que ha despertado todas las dudas posibles en la comunidad médica. En todo caso, Avatar B supondría un reto aún mayor, dado que el cerebro trasplantado debería sobrevivir no en el cuerpo de otra persona, sino en un sustrato artificial, lo que parece en este plazo tan inalcanzable como tétrico.
Mucho más lejano aún parece lo que propone Avatar C. El volcado de la información de un cerebro humano a un soporte digital es un tema ya clásico en la ciencia ficción y un punto de encuentro común en los sueños de inmortalidad generados durante las últimas décadas. Salvo si optamos por una visión dualista (cuerpo/alma) del ser humano, sería algo teóricamente posible. No obstante, para llevar a cabo tal logro habría que alcanzar un estadio tecnológico aún lejano; de un lado, precisaríamos un desarrollo de técnicas de escaneo cerebral muchos órdenes de magnitud más precisas que las actuales (para ello sería necesario alcanzar un desarrollo de la nanotecnología mucho mayor, que nos permitiera "penetrar" en el cerebro para recabar toda la información necesaria); de otro lado, necesitaríamos conocer nuestro cerebro con una profundidad mucho mayor que como lo hacemos en la actualidad. Conseguir todo ello en un periodo de tiempo de apenas 20 años se me antoja prácticamente imposible, incluso aunque seamos fervientes creyentes de la idea del desarrollo exponencial de la tecnología.
Para finalizar y respecto de Avatar D, no parece que fuera un gran salto cualitativo respecto al ya dado en Avatar C. Si eres capaz de volcar todo el contenido de una mente humana a un soporte digital, desarrollar una vida virtual en ese soporte -junto con otros compañeros digitales para que no sea demasiado aburrido el asunto, se entiende- no parece más que una cuestión de tratamiento de datos (a una escala descomunal, por supuesto). Desarrollando una vida completamente virtual habríamos alcanzado, por fin, la inmortalidad (salvo que los servidores en los que tú y tu entorno virtual os alojéis resultéis dañados, claro está).

Teniendo tantas dudas entorno a los plazos del Proyecto Avatar, habría que pensar en factores externos que podrían tanto catapultarlo como sepultarlo en el olvido. Por ejemplo, y si tenemos en cuenta que es probable que el desarrollo de una inteligencia artificial del nivel de un humano adulto (y superior) se dé antes que las tecnologías necesarias para la culminación del Proyecto Avatar, ¿qué tendrían que decir dichas inteligencias artificiales al respecto? ¿Podrían dichas inteligencias artificiales ayudar a desarrollar las tecnologías necesarias para alcanzar el objetivo?
Probablemente podrían, pero habría que preguntarse si querrían hacerlo.
No se ha sabido mucho del Proyecto Avatar durante los últimos meses. En su momento, se comentó en los medios que Itskov habría contratado alrededor de 30 científicos de diversas disciplinas para comenzar a trabajar, pero resulta difícil creer que un sólo grupo o empresa (ni siquiera Google) vaya a alcanzar objetivos tan descomunales; si se logran, será el avance conjunto de la ciencia y la tecnología los que los harán posibles.
Eso sí, si se consiguen algún día, esperemos que puedan beneficiarnos a todos, y no sólo a los señores y señoras que aparecen en la lista Forbes...