Cómo Ser Sexy Aunque Pasen los Años
Te presentamos a las “puma”. Tienen treinta y tantos, independencia económica, una carrera profesional sólida y… ¡son un imán para los chicos más jóvenes! ¿Serás tú una de ellas?
Todavía eres muy joven, aunque no es cuestión de edad el preocuparse de cómo ser sexy. Por eso, te presentamos a un nuevo modelo de mujer, más madurita pero no por ello menos joven (al menos, de espíritu).
Habría que vivir en otro planeta para no haber leído sobre las cougar –en español, panteras–, esas mujeres maduras que enamoran a yogurines (como Sharon Stone o Demi Moore).
Ahora surge un nuevo tipo de mujer: las “puma”. Tienen treinta y tantos años en lugar de los cuarenta o cincuenta de sus predecesoras. Como las panteras, son mujeres atractivas, poseen absoluto control sobre su vida y les gustan los chicos más jóvenes. ¿La diferencia? Mientras que las cougar salen con ese tipo de tíos para sentirse más jóvenes, las puma lo hacen porque les apetece y porque encaja dentro de su esquema vital. Así de simple… ¡y de satisfactorio!
Ni falta hace decir que no es nuevo que una mujer mayor no sepa como ser sexy, por eso podemos ver que este tipo de mujeres están con hombres a los que les sacan varios años, pero ahora lo vivimos con más naturalidad. Las mujeres estamos empezando a liberarnos del estigma de la diferencia de edad. Al fin y al cabo, ¡los tíos siempre han salido con chicas más jóvenes!
Existe también una mayor aceptación social, porque muchos personajes famosos establecen relaciones así y algunas de las actrices más sexys y deseadas de Hollywood impusieron nuevos modelos de cómo ser sexy cuando superas los 30 –Jennifer Aniston, Eva Longoria Parker, Drew Barrymore– se han emparejado con chicos bastante menores que ellas. En cualquier caso, lo más novedoso de las chicas puma es su actitud abierta hacia este tipo de relaciones.
Ellas no tienen en mente ni casarse ni sentar la cabeza… por ahora. Después de terminar la carrera, eligen centrarse en el trabajo, hacen de la independencia económica su prioridad y posponen las relaciones estables hasta estar bien asentadas profesionalmente. Y cuando lo logran, no dudan en lanzarse a la caza y captura de un compañero.
Las puma obtienen un montón de beneficios por enrollarse con jovencitos. Psicológicamente es una liberación, porque este tipo de chicos se toman menos en serio el tema laboral, están más dispuestos a salir, pasarlo bien y, sobre todo, a priorizarlas a ellas.
También existen ventajas físicas. Las mujeres de treinta y tantos cuidan su cuerpo, su aspecto y piden lo mismo a su hombre. Si una hace el esfuerzo de arrastrarse hasta el gimnasio no debe contentarse con un tipo encantado con su “curva de la felicidad”. Por no hablar de los resultados en la cama: las puma, además, saben muy bien qué quieren y un tío más joven, en plenitud sexual, tiene más posibilidades de cumplir sus expectativas.
Hay algo claro: a los chicos, las puma les resultan irresistibles. Te retamos a que preguntes a alguno de tus amigos y nos des la razón. ¿Que cuál es la fórmula mágica de su éxito? Una actitud natural (lo que ves es lo que hay), nada de jueguecitos tontos y una imagen sexy. Una mujer que sabe lo que quiere resulta siempre muy atractiva. Mientras algunas cougar resultaban dependientes, es raro ver a una puma desesperada por estar con alguien.
A los hombres que salen con ellas también les atrae que el peso económico de la pareja no recaiga sobre ellos. Una advertencia: si tienes treinta y tantos años y decides liarte la manta a la cabeza y salir con un chico entre cinco y diez años menor que tú (¡incluso más!), debes tener en cuenta que, aunque estéis en el mismo punto en lo que a madurez sexual se refiere, lo más probable es que emocionalmente él sea mucho más inmaduro que tú. ¡Seguramente tú te cansarás de él antes que él de ti!