- Oye, en serio que mi vida es un enredo...
- A qué te refieres con "enredo" ¿Qué es eso para ti?
- Pues que me complico mucho, que en vez de ver o hacer las cosas más sencillas me meto en mucho enredo y no me disfruto nada. Quisiera no ser así, quisiera no prestar tanta atención a cosas pequeñitas, pero termino enredándome en un montón de cosas que ni sé qué son y ni por qué se dan y adicional me hundo más y más en el mismo círculo vicioso de siempre.
- Bien, pero en lo que dices parece que ya hay parte de la solución ¿No crees?
- No, te dije que lo que siento que no me gusta... ¿Cómo habría una solución ahí?
- Precisamente, desde que dijiste la palabra "quisiera" empezaste hablar del mundo tal y como te gustaría que fuera. De nuevo te lo pregunto ¿Cómo quisieras que fueran las cosas? ¿Cómo serías tú si fueras más simple?
- Hmmm, sí, parece que sí ¿Cómo podría ser yo más simple? ¿Qué podría hacer para eso...? No sé, lo voy a pensar.
He escuchado esta pregunta en varios momentos y contextos: ¿Cómo puedo ser más simple? ¿Qué puedo hacer para enredarme menos? Y luego de dos años de estar reflexionando, aplicando, escribiendo y produciendo me doy cuenta de que estaba en mora de dar esa respuesta de forma clara y sistemática. Me atrevo asegurar que es abundante la producción de literatura, reflexiones e ideas sobre "qué es" o "cómo debería ser" una vida más simple, pero son pocas las claves prácticas para enfocarse en "cómo ser simple", en "cómo construir desde la simplicidad".
Agruparé mi propuesta en tres bloques:
Creo que la simplicidad es un hábito de vida que se puede desarrollar. Es una capacidad que se va construyendo con la repetición, el ensayo-error, con los aciertos y desaciertos, con el enfoque en la creciente des-complicación, con la búsqueda de la agilidad y la soltura en los distintos desafíos vitales.
Lo que propongo aquí sirve para ser más simple en casa o en el trabajo, pasando por cosas aparénteme triviales como la forma de conducir un automóvil hasta la eliminación de trámites y pasos intermedios. Sin duda persiste la gente que se aferra a las complicaciones y que naturalmente las padecen consciente o inconscientemente; este escrito es para todos aquellos que hacemos algo concreto por escapar de esa realidad y transformar el complejo mundo humano que lentamente hemos ido creando y volver a la sencillez de la naturaleza que en suma crea asombrosas y ordenadas complejidades.
Es posible que mucho de lo que planteo aquí se parezca a otras cosas que ya he escrito y precisamente de eso se trata, de dar respuesta a la pregunta sobre cómo ser más simple aprovechando esta leve "mayoría de edad" que me permite llegar a conclusiones más conscientes.
Espero que con la serie que sigue se estimule el debate y, sobre todo, el aprendizaje alrededor de la posibilidad de ser cada vez más simples. Serán tres grandes entradas que posteriormente dejaré publicadas en una sola página. Este es mi tratado, las claves de mi causa. El jueves 21 enero saldrá la primera entrega y las demás en las semanas sucesivas también los días jueves hasta que termine el proceso completo.
Como siempre, queda abierto el canal para cualquier conversación.
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