Revista Empresa

Cómo ser un gran líder (Y cómo no serlo)

Publicado el 26 septiembre 2011 por Juan Carlos Valda @grandespymes

Cómo Ser Un Gran Líder (Y Cómo No Serlo)

  Por Juan Sebastian Celis Maya

Uno de los autores de Desarrollo Personal y Autoayuda más famosos de la historia, ha sido Napoleón Hill, cuyo más rotundo éxito fue su libro “Piense y Hágase Rico”.

Si bien, muchos con escuchar el título pensarían que se trata de una estupidez (Ya he escuchado comentarios por el estilo de parte de quienes no lo han leído aún), lo cierto es que más que un libro sobre cómo ganar dinero, o estrategias para crear ingresos, es un libro sobre autotransformación.

Es decir, que muchas de sus ideas van orientadas a crear en sus lectores un sentido de automejoramiento que les permita ser las personas adecuadas, detectar las oportunidades adecuadas y actuar correctamente.

De cierta forma, una de las características, o rasgos en los que Napoleón se enfoca mucho, es en el del liderazgo, por lo que hoy quisiera mencionar un poco su filosofía respecto a Cuáles son los secretos para ser un líder… y cuáles son los secretos (o errores) para no serlo.

Empecemos por indicar que existen básicamente 2 tipos de personas en el mundo. Los Líderes, y los Seguidores. Básicamente somos Seguidores y tenemos líderes que nos dirigen, o somos los líderes y dirigimos a nuestros seguidores.

Ciertamente, y para efectos de lograr nuestras metas de manera mucho más concreta, rápida, precisa y con impacto, debemos estar del lado de los líderes. Aunque de cierta forma sabemos que si los Seguidores los superan por mayoría, es porque realmente no es cosa sencilla liderar.

Los 11 secretos para ser un buen líder entonces son:

1 – Valor y autoconfianza:

Un gran líder, debe conocerse a sí mismo y al rubro en el que se desempeña, de manera que pueda imprimir en otros su experticia, brindar confianza y tomar naturalmente una posición de autoridad con empatía.

Realmente no existe ninguna persona dispuesta a seguir a alguien que considere en peores condiciones que él mismo. Y contar con autoconfianza y valor, es una manera de destacarse del resto de las personas, pues hoy en día, muchos sufren de conflictos con sí mismos y carecen de autoestima.

Creo que no hace falta mencionar un ejemplo de este caso, pues simplemente las personas sabemos cuando alguien no confía en sí mismo, lo atacan los nervios y teme proceder. A ese tipo de personas, en vez de seguirlas, les huimos.

2 – Autocontrol:

A la única persona que uno debe aprender a controlar, es a uno mismo. El verdadero líder deberá contar con la capacidad de dominarse a sí mismo en situaciones difíciles, de controlar su carácter y de actuar a pesar de la incertidumbre, la duda o las adversidades.

El autodominio es justamente un gran ejemplo a seguir para las personas; quienes idealmente se identificarán (para eso sirve un líder en gran medida) y tratarán de emularlo. Un líder sin autocontrol es justamente un mal ejemplo a seguir.

Como ejemplo de esto, podríamos mencionar a un instructor personal de gimnasio que tuviese algunos kilos de más. Si no tiene suficiente autocontrol como para adelgazar él mismo, difícilmente podrá influir en sus estudiantes para que ellos lo logren.

3 – Gran sentido de justicia:

En esencia, sin sentido de nobleza y de justicia ningún líder puede influir en sus seguidores ni ser respetado por ellos.

Lo ideal es que el verdadero líder sepa dar a cada persona lo que se merece, que pueda discernir lo bueno de lo malo de manera objetiva y sin dejarse llevar por emocionalismos ni sobornos figuradamente hablando.

El ejemplo típico es el jefe que no reconoce los logros de sus empleados y que incluso llega a atribuírselos como suyos.

4 – Decisión:

Un hombre que no es decidido, muestra su falta de autoconfianza y seguridad en sí mismo; nadie sigue a alguien que no cuente con una excelente habilidad para tomar buenas decisiones.

Un buen ejemplo, podría ser el de un líder militar en medio de una guerra. En un momento crucial de la batalla se le puede preguntar a dicho líder si se procede o no con el ataque; si esta persona no es suficientemente decidida como para responder con templanza Sí o No (y brindar sus argumentos en caso de ser necesario), simplemente no es un líder.

5 – Planeamiento y acción:

No se debe uno dejar llevar sólo por la intuición, la intuición es buena, seguir al corazón es bueno, pero definir concretamente nuestras metas, objetivos y sueños, y convertirlas en planes estratégicos que nosotros mismos y los demás puedan seguir, es de líderes.

Como en el ejemplo anterior, en una guerra, actuar por intuición, no sólo no es una buena idea, sino que además nos puede costar la vida.

6 – Trabajo duro:

Un líder normalmente trabaja y se esfuerza mucho más que los demás. Mucho más que sus seguidores. Si un líder espera ser seguido haciendo poco por el mundo, realmente puede llegar a encontrarse con una que otra sorpresa en el camino.

El líder de hoy no necesariamente tiene que vivir todo el tiempo trabajando o dedicándose a sus proyectos, pero sí deberá actuar de cierta forma, de modo que sea mucho más eficiente y eficaz que los demás.

7 – Simpatía:

No hay mucho que mencionar sobre este aspecto, las personas carismáticas y genuinas, que cuentan con una personalidad agradable, tienden a ser escuchadas y seguidas mucho más fácilmente.

El carisma, diferencia a un buen líder de los demás. En muchas ocasiones me ha ocurrido que me he encontrado en posiciones de liderazgo sin siquiera pretenderlo, debido a que mi actitud hacia los demás ha sido de simpatía. Las personas tendemos a acercarnos a quienes son simpáticos, de una manera completamente natural.

8 – Comprensión:

Un gran líder debe comprender a sus seguidores, tanto a ellos como a sus situaciones y problemas.

Los líderes que tienen a su cargo decenas, cientos o miles de personas, muchas veces se olvidan de que tratan con sus semejantes y pasan a considerarlos como simples números o “recursos”.

La deshumanización de las personas es algo que hace que un líder fracase. Quien lidera, deberá comprender a cabalidad a quienes lidera.

9 – Ser detallista:

Un gran líder, se ocupa de los detalles, difícilmente deja algo al azar y garantiza en todo momento que todo funcione perfectamente.

Dependiendo de las actividades que desempeñe un líder, habrán posibilidades de ser o no detallista. No se trata de llegar al perfeccionismo, sino de básicamente tomar control de todo cuanto nos sea posible para garantizar el éxito.

10 – Voluntad y responsabilidad:

Un gran líder exitoso debe asumir (no la culpa, sino) la responsabilidad por sus acciones. Incluso por las de sus seguidores. Y no sólo debe estar dispuesto a aceptar la responsabilidad del trabajo que se le confiere –por ejemplo– sino que también a las negligencias y errores que vayan en contra del mismo.

Los buenos jefes de hoy en día, aprenden a conocer y a entender los errores de sus empleados, y en ocasiones a tomar responsabilidad por ellos, pues precisamente, por algo están a la cabeza.

11 – Cooperación:

El líder exitoso entiende y aplica el principio de cooperación y se encuentra en capacidad de influir en sus seguidores para que hagan lo mismo.

Dominar el trabajo en equipo es indispensable para un líder que quiera trascender. Si no se sabe dirigir y orientar a un grupo de personas ¿Se puede ser un líder? Claro que no.

Cómo Ser Un Líder (Y Cómo No Serlo)

Cómo Ser Un Líder (Y Cómo No Serlo)

Estas son las características más básicas de un gran líder. O los pasos necesarios para llegar a serlo.

Por supuesto, existen decenas e incluso cientos de características más que un líder podría tener y que le podrían ser indispensables en determinado instante, pero podemos decir que todas de alguna manera u otra se derivan de las mencionadas.

Ahora, si bien nos debemos acercar a las características del gran líder para tener éxito en la vida, también deberíamos alejarnos de aquellos rasgos de quienes nunca podrían llegar a liderar.

Estos rasgos, son mencionados a continuación:

1 – Falta de organización:

Todo buen líder debe saber organizar y organizarse; precisamente es el rasgo del líder detallista. Quien simplemente no sepa al menos lo básico en cuanto a organización, tendrá problemas a la hora de liderar. La organización es algo que se requiere tanto en el trabajo, con los recursos, con las personas y con uno mismo.

Cuando un líder se presenta como demasiado ocupado para atender a planes o emergencias está admitiendo también su falta de eficiencia. Por supuesto que todo esto significa también tener la capacidad de delegar eventualmente si llega a ser necesario o preferible.

2 – Falta de humildad:

Los líderes curiosamente deben ser quienes estén en capacidad de realizar el trabajo de sus seguidores mejor que nadie. No por estar en una posición de autoridad son superiores ni mejores que los demás.

El líder debe ser humilde con su cargo y saberse identificar con todos.

3 – Espera algo a cambio:

Un líder que espera algo a cambio, tiene sus días contados. Realmente las personas seguimos naturalmente a quien consideramos que nos puede brindar ciertos beneficios a nuestras vidas. Un líder que haga esto esperando a cambio, es realmente un vendedor.

Los líderes pueden contar con conocimientos, influencia, persuasión, recursos… etc, pero si no realizan sus labores de manera tal que los resultados formen parte de su plan, sin esperar reconocimiento o halagos por el mismo, no llegarán muy lejos con dichos elementos.

4 – Temor a la competencia:

Eventualmente un líder podría sentir temor a ser reemplazado por uno de sus seguidores.

Un buen líder de hecho, debe saber aumentar la eficiencia y la eficacia de los demás que estos puedan rendir más; sin que esto se convierta en un riesgo para sí. De otra manera no estaría realizando bien su función de líder.

5 – Falta de creatividad:

Sin creatividad, ningún líder es capaz de generar planes de acción o hacer frente a incontingencias que puedan guiar de manera eficaz a otros.

Es precisamente en momentos difíciles en los que las expectativas de los seguidores se encuentran fijas en la creatividad e imaginación de los líderes para tomar acción.

6 – Egoísmo:

Si un líder reclama como suyos, el honor de los resultados de sus seguidores, eventualmente sentirá resentimiento hacia ellos y hacia sus logros.

Cuando seguimos a un líder lo hace porque se siente identificado con el mismo; con su forma de pensar y actuar, por lo tanto actuar egoístamente significa romper ese eslabón importante en la cadena de cualquier liderazgo.

7 – Intemperancia:

La intemperancia consiste en mantenernos firmes y constantes con nuestro temperamento ante las situaciones. No hacerlo generará discordia y descontento en los demás. No queremos seguir a quienes pierden de un momento a otro el temperamento o que sofocan a las personas. Simplemente para ser un buen líder hay que controlar demasiado bien nuestra actitud y tener una gran estabilidad.

8 – Deslealtad:

Normalmente, los seguidores de un líder depositan su confianza en él, si esta confianza se rompe, hasta ahí llega su liderazgo.

Un líder desleal no es un líder digno de seguir, recuerda que las personas siguen modelos o ejemplos. Ser desleal y en general contar con características de desventaja hacia los demás no brinda motivo alguno para ser seguido.

9 – Autoritarismo:

Muchos líderes de hoy abusan de sus posiciones de liderazgo. Se les sube el poder a la cabeza y se sobrepasan con sus seguidores.

El gran líder en vez de ser visto como un dirigente, una autoridad, o una carga, es visto con ojos de admiración. Quien abuse de dicha admiración para luego aprovecharse, tendrá severos problemas en su vida.

10 – Énfasis en el título:

Un líder competente no requiere ningún título que le gane el respeto de sus seguidores. Realmente un líder tiene muchas cosas más importantes que decir, que jactarse de su posición. Las puertas de un buen líder están siempre abiertas a todos sin necesidad exigir que las personas se pongan a su altura.

Estas son básicamente las maneras de ser un gran líder, y las maneras de no serlo, con esto espero te quede un poco más claro el concepto de liderazgo y que efectivamente puedas llevarlo a cabo en tu vida.

 Autor Juan Sebastian Celis Maya



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