Un genetista y un diseñador gráfico acaban de presentar un proyecto en el que muestran cómo creen que deberán evolucionar las caras de los seres humanos para adaptarse a las condiciones del futuro.
Cabeza más grande, ojos saltones y piel mucho más oscura. Así serán los rasgos faciales de los seres humanos dentro de 100.000 millones de años, según una investigación realizada por el genetista Alan Kwan y el artista y diseñador gráfico Nickolay Lamm.
En las tres imágenes que componen el proyecto, Lamm y Kwan reflejan los cambios físicos que, según su teoría, experimentarán los seres humanos para adaptarse a su entorno dentro de 20.000, 60.000 y 100.000 años respectivamente. Entre otras cosas, los autores consideran que las cabezas de los humanos deberán ser más grandes para adaptarse al mayor tamaño del cerebro mientras que la piel y los ojos tendrán que fortalecerse para adaptarse a una hipotética vida más allá de la capa de ozono terrestre.
A pesar de las dudas que ha despertado el proyecto, sus autores defienden su trabajo asegurando que se trata de "simples conjeturas" sobre cómo podría evolucionar el ser humano si los factores que lo rodean no sufren modificaciones extremas.